Articulo enviado a la Redacción de la Comisión Mambi, Patria y Libertad, por un Hermano Maestro Masón.
De vuelta de Valles extranjeros por inaplazables viajes de trabajo, y en vistas de acercarse la fecha del encuentro convocado para nuestra Unidad Masónica, hemos querido dirigirnos a Uds., los Hnos:. de allá y los Hnos:. de aquí, para rogarles estén impregnados del mayor y mejor espíritu renovador que en nuestro encuentro nos evite ser una simple rama desgajada del Sephirot o árbol de la vida que nos convierta en una nota al pié de página de la historia; ya que cometeríamos una imperdonable falta ante nuestros antecesores y continuadores, si al reunirnos no lo hiciéramos para ver lo que mucho podemos aportar a la solución de nuestros desencuentros de 54 años.
El Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba, después de ese ensombrecido largo período, en el cual nadie ha intentado abordar nuestros desacuerdos y diferencias, ha considerado oportuno el momento para ello, sin objetivo alguno de protagonismo, y sí con el de lograr el necesario acercamiento de posiciones encontradas , que nos lleve a todos a unirnos en un solo haz, más allá de estimaciones legalistas, de regularización, reconocimiento u otras, que desde luego no debemos soslayar; pero hacerlo con un ánimo constructivo en la resolución de cualesquiera diferencias con la espiritualidad más pura que se eleve desde nuestro interior. Si hacemos esto nos colocaremos fuera del alcance de los adversarios que en toda institución existen sin querer considerar el necesario avance que demandamos para coadyuvar en la sociedad; sobre lo cual este Supremo Consejo con la energía y la autoridad moral de su ejecutoria, ha mirado hacia el pasado en las fuentes más profundas de nuestra tradiciones y mira hacia el futuro dentro de la polaridad de nuestra columnas con un proyecto aglutinador de todos.
Hnos:.
Tenemos que cumplir un objetivo ético ambicioso que disuelva nuestras diferencias y desacuerdos para vertebrar el perfeccionamiento de nuestras tareas acorde al paso de los tiempos y el actual estado del mundo.
El conflicto siempre ha resultado inevitable en toda organización, sin embargo, una actitud innovadora y con las mejores intenciones, debe constituir un instrumento del cambio que contribuya a la solución de problemáticas, porque sí complejizamos los niveles de conflicto y éstos persisten en el tiempo, nuestra supervivencia misma puede verse amenazada.
Tenemos que trabajar para este tiempo y para futuros tiempos, tenemos que alcanzar en el espíritu de todos un sentimiento encaminado a ser capaces como el águila a mirar cara a cara al sol sin parpadear encontrando a través de la Unidad más sólida, entre los de aquí y los de allá, las fuentes más genuinas de nuestras tradiciones.
¡Hagámoslo!
Con nuestro cordial abrazo.
Lazaro cuesta Valdes 33
Soberano Gran Comendador
17 de Septiembre de 2013
El Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba, después de ese ensombrecido largo período, en el cual nadie ha intentado abordar nuestros desacuerdos y diferencias, ha considerado oportuno el momento para ello, sin objetivo alguno de protagonismo, y sí con el de lograr el necesario acercamiento de posiciones encontradas , que nos lleve a todos a unirnos en un solo haz, más allá de estimaciones legalistas, de regularización, reconocimiento u otras, que desde luego no debemos soslayar; pero hacerlo con un ánimo constructivo en la resolución de cualesquiera diferencias con la espiritualidad más pura que se eleve desde nuestro interior. Si hacemos esto nos colocaremos fuera del alcance de los adversarios que en toda institución existen sin querer considerar el necesario avance que demandamos para coadyuvar en la sociedad; sobre lo cual este Supremo Consejo con la energía y la autoridad moral de su ejecutoria, ha mirado hacia el pasado en las fuentes más profundas de nuestra tradiciones y mira hacia el futuro dentro de la polaridad de nuestra columnas con un proyecto aglutinador de todos.
Hnos:.
Tenemos que cumplir un objetivo ético ambicioso que disuelva nuestras diferencias y desacuerdos para vertebrar el perfeccionamiento de nuestras tareas acorde al paso de los tiempos y el actual estado del mundo.
El conflicto siempre ha resultado inevitable en toda organización, sin embargo, una actitud innovadora y con las mejores intenciones, debe constituir un instrumento del cambio que contribuya a la solución de problemáticas, porque sí complejizamos los niveles de conflicto y éstos persisten en el tiempo, nuestra supervivencia misma puede verse amenazada.
Tenemos que trabajar para este tiempo y para futuros tiempos, tenemos que alcanzar en el espíritu de todos un sentimiento encaminado a ser capaces como el águila a mirar cara a cara al sol sin parpadear encontrando a través de la Unidad más sólida, entre los de aquí y los de allá, las fuentes más genuinas de nuestras tradiciones.
¡Hagámoslo!
Con nuestro cordial abrazo.
Lazaro cuesta Valdes 33
Soberano Gran Comendador
17 de Septiembre de 2013
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