lunes, 16 de marzo de 2015

MUERTE PROFANA Y RENACIMIENTO MASÓNICO: DEL VICIO A LA VIRTUD

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 Articulo enviado a l;a redacción de la Comisión Mambi Patria y Libertar, por un Hermano Maestro Masón.
Al ingresar a esta Augusta Institución, cada uno de nosotros fue el protagonista de una ceremonia de iniciación, donde recibimos el abrazo de la Tierra para atestiguar nuestra muerte en la vida profana y el renacimiento a una nueva vida masónica, tras la victoria sobre los otros tres elementos de nuestra naturaleza: el Aire, que representa el caos de pensamiento y la ignorancia; el Agua, que simboliza las pasiones humanas; y el Fuego, los vicios que nos consumen; surgiendo entonces un hombre nuevo, virtuoso e instruido.
El Masón busca, en todo momento, deshacerse de esa carga profana, llena de vicios e ignorancia, en un esfuerzo constante por alcanzar la Virtud y la Instrucción. Los vicios (del latín “vitium”, que significa falla o defecto) son aquellas conductas que se consideran socialmente reprobables, inmorales o degradantes. Para el masón, los vicios pervierten los instintos y traen desesperación.
La trinidad que define al hombre es el cuerpo, la mente y el espíritu. Cada uno de ellos tiene sus propias necesidades para desarrollarse de manera armoniosa y sana. Cuando esas necesidades son satisfechas adecuadamente, son fuente de placer y gozo.
El cuerpo humano se rige por diversos instintos de supervivencia: requiere de alimento, por lo que necesita comer; busca perpetuarse en el tiempo, por lo que el sexo produce placer; necesita preservarse ante el peligro, y el mecanismo de defensa es la ira y la violencia; el cuerpo necesita repararse constantemente y busca el descanso. Nuestra mente busca la autosatisfacción: las posesiones materiales nos dan sensación de seguridad para sobrevivir a tiempos difíciles; nuestra búsqueda de mejorar nuestra situación actual nos hace desear lo que otros tienen; y como seres sociales, necesitamos y buscamos el reconocimiento de los demás.
Todas estas necesidades son inherentes al hombre y son completamente naturales. Sin embargo, al buscar satisfacerlas de manera irracional, tentados por el placer que proporcionan, incurrimos en actos socialmente inaceptables: caemos en los vicios. Los vicios, esos deseos que nunca pueden ser satisfechos, rompen la armonía del ser humano, pues pervierten nuestros instintos, traicionan nuestro raciocinio e impiden al espíritu encontrar el placer que proporciona la tranquilidad, la paz interior y la armonía con la conciencia universal.
Los cristianos reconocen siete pecados capitales: la gula, la lujuria, la ira, la pereza, la avaricia, la envidia y la soberbia. Se denominan capitales, pues implican la muerte de nuestra alma, de nuestro espíritu, y son el origen de muchos otros vicios.
Sócrates da la respuesta al por qué el hombre cae en los vicios: “El saber es lo que permite actuar bien; sólo se actúa mal por ignorancia, porque se desconoce la virtud; sólo la virtud permite reconocer el bien del mal, lo moral de lo inmoral”. Así, la virtud es la lucha constante contra los vicios, el esfuerzo que domina las pasiones, con lo que el hombre logra tomar las opiniones correctas y superar las situaciones más difíciles para cambiarlas a su favor.
Platón reconoce tres cualidades del ser humano: entendimiento (capacidad de pensamiento y raciocinio), voluntad (conciencia, capacidad de ordenar su propia conducta) y emoción (capacidad de afecto y rechazo a objetos y otros seres humanos). El buen uso de cada una de ellas representa una virtud: la sabiduría, el valor y el autocontrol.
Estas tres virtudes forman la dote del A.·.M.·.:
  1. La sabiduría, representada por la diosa Minerva (Atenea) que permite identificar y evaluar las situaciones que se nos presentan, para tomar las acciones correctas en el momento correcto.
  2. El valor, la fuerza, representada por Hércules (Heracles), para realizar esas acciones a pesar de los peligros y las amenazas, hasta el punto de ofrendar la vida en la defensa de los ideales.
  3. El autocontrol, la belleza de nuestros ideales y emociones más puros, representada por la diosa Venus (Afrodita), que nos permite interactuar con los demás, sin perjudicarlos, durante la búsqueda de nuestros ideales.
Estas virtudes son recibidas simbólicamente durante la ceremonia de iniciación como los instrumentos del A.·.M.·.: la regla representa el intelecto, la sabiduría que deberá regir todos los actos del A.·.M.·. sobre la línea del deber, el martillo que servirá para dar golpes mortales a los vicios y el mandil que representa la pureza de sus acciones.
A estas tres virtudes, Platón añade la Justicia, para describir las Virtudes Cardinales (del latín “cardo”, pivote), alrededor de las cuales debe girar la existencia del ser humano:
  1. Prudencia: usar el intelecto para discernir el bien en toda circunstancia, y escoger con cautela las acciones justas y apropiadas para conseguirlo.
  2. Fortaleza: la firmeza ante las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, afrontando riesgos y amenazas.
  3. Templanza: el dominio sobre los deseos y los instintos, manteniendo los placeres en los límites de la honestidad.
  4. Justicia: la firme y sincera búsqueda de dar a cada quien en la medida de lo que merece. Ésta última emana naturalmente del cumplimiento de las otras tres virtudes, es decir, no se puede ser justo si se carece de prudencia, de fortaleza o de templanza.
La moral cristiana reconoce tres virtudes más, infundidas por el Espíritu Santo, denominadas Virtudes Infusas: la fe, la esperanza y la caridad. La fe es la creencia que no requiere evidencia ni demostración. La esperanza es la confianza y la certeza plena en alcanzar los ideales. Finalmente, la caridad es el amor a Dios y al prójimo. Estas virtudes las encontramos en los tres Grandes Preceptos Masónicos: “Tengo Fe en mis ideales, Esperanza para conseguirlos, por Amor a la Humanidad”.
Nuestro carácter está definido por nuestras ideas, nuestras palabras y nuestras acciones. Al carácter de un masón lo definen las virtudes y la práctica constante de ellas. Aristóteles nos dice que: “la virtud humana no es una facultad ni una pasión, es un hábito” que puede aprenderse y cultivarse.
Al renacer a la vida masónica, aceptamos ahondar pozos sin fin a los vicios y levantar templos a la virtud. Entramos a la Tierra vendados por la ignorancia y atados por nuestras pasiones, pero al surgir a la Luz de la Masonería, se nos han entregados nuestros instrumentos, las virtudes, para liberarnos y purificarnos de nuestra carga profana de vicios y prejuicios.
Como masones, debemos reconocer que no somos inmunes a las tentaciones y debilidades, pero también debemos aceptar que tenemos el conocimiento para enfrentarlas con sabiduría, fuerza y templanza. Y a través de esta lucha constante contra los vicios, practicando de manera constante todas las virtudes que definen al masón, podemos alimentar nuestro espíritu y liberar nuestra piedra tallada, para hacer de nosotros mejores hombres y mejores ciudadanos.

Las palabras “PROFANO” y “CANDIDATO”



Articulo enviado a la redacción de la Comisión Mambi Patria y Libertad por un Hermano Maestro Masón.

Profano, está compuesta de dos palabras latinas: “pro” (antes, enfrente), y “fanum” (templo). De esas dos raíces se derivó profanus, que significa “separado o distinto del templo”, nombre que se aplicaba en la antigüedad a las personas que no eran admitidas en los templos para observar o participar de los misterios.

La palabra profano en el uso ordinario significa una persona irreligiosa e irreverente. En Masonería, se aplica el término profano a todas las personas que no pertenecen a la Orden Masónica por ser desconocedoras de sus Ritos.

De modo pues, que dicha palabra no contiene elemento alguno de ofensa ni suspicacia, sino que se aplica “peculiarmente” al que no conoce los misterios masónicos y no pertenece a la Orden.

La Masonería no prejuzga los méritos de los profanos, pues de entre ellos surgen los aspirantes para el ingreso en nuestra Hermandad y reciben el abrazo fraterno cuando son iniciados.

Candidato, es todo profano que aspira ingresar en la Orden Masónica, el cual para poder ser considerado en principio, debe reunir determinadas condiciones. Esto significa que el aspirante deber ser “calificado” o reunir ciertas condiciones.

La palabra candidato es de origen latino, y procede del vocablo candidatus que significa“vestido de blanco”.

En la antigua Roma el que aspiraba a un puesto público vestía una capa o toga blanca de forma peculiar, abierta por delante, para que el aspirante pudiese mostrar las cicatrices de las heridas que había recibido en el pecho y otra parte del cuerpo en las guerras que participó.

A esa capa o manto se llamaba toga cándida, por su color blanco que simbolizaba la pureza de las intenciones del aspirante, y de allí surgió la designación de candidatus, de donde procede el vocablo candidato. (Candidez, no debe entenderse en el sentido vulgar y despectivo de “simpleza”, sino en el valor de sencillez, sinceridad y sanidad de espíritu).

La explicación de la palabra candidato ha de servirnos a los Masones para recordar “la pureza de conducta y de carácter que debe distinguir a todo candidato para su ingreso en nuestra Orden”.

El profano que venga debe haberse mostrado en público y en privado revestido de la toga cándida de rectitud, de la veracidad, de la honradez y de la filantropía.

Este traje espiritual simboliza para la Masonería “la reputación” que debe tener todo aspirante a ingresar en nuestra Orden.

LEYENDAS Y SIMBOLOGÍA MASÓNICAS



Articulo enviado a la redacción de la Comisión Mambi Patria y Libertad por un Hermano Maestro Masón.

Las intenciones que expreso al publicar este artículo no son las de engañar a un crédulo público desposeído de una amplia cultura acerca del tema masónico; numerosos fanáticos de todos los credos y organizaciones secretas laboran sirviendo sórdidos intereses al servicio unos pocos "iniciados", por lo que se hace necesario poner al descubierto la enseñanza iniciática en la Simbología de estas sociedades, dejando en claro los tejemanejes de los farsantes y vividores que dirigen las Organizaciones antes citadas, especialmente las llamadas "sociedades de Poder". (*)

De los Recopiladores de las ideas rosacruces y masónicas podemos citar a Max Heindel, autor del libro "Masonería y Catolicismo", del que vamos a tomar algunas citas prescindiendo del contenido ideológico que expone el autor, sin duda contaminado por influencias externas a los poseedores de la Sabiduría Esotérica, tomando al mencionado autor al pie de la letra como ciertas las alegorías suministradas por los sabios de la Antigüedad y errando en la apreciación de los conceptos que fue incapaz de comprender: "Así, dijo Caín, tú, Hiram, estás destinado a morir sin ver realizadas tus esperanzas; pero a la viuda le nacerán muchos hijos que mantendrán viva tu memoria en el rodar de los siglos y al fin aparecerá uno mayor que tú. No despertarás hasta que el León de Judá te levante con poderoso zarpazo de sus garras. Hoy recibiste el bautismo de fuego; pero él te bautizará con agua y con espíritu; a ti y todo hijo de la viuda que a El vaya. Será mayor que Salomón y edificará una Ciudad y un Nuevo templo en donde adoran las Naciones.

Los hijos de Caín y las hijas de Seth se encontrarán en Paz en el Mar de Cristal. Y así como Melquisedec, Rey de Salem y Sacerdote de Dios, ministro de Abraham, el Padre de las Naciones, cuando la Humanidad estaba todavía en su infancia, así la nueva luz reunirá en sí los oficios de rey y Sacerdote del orden de Melquisidec. Juzgará las Naciones con la Ley de Amor y al que venciere se le dará una piedrecita blanca y en ella grabado un nombre que servirá de llave para entrar en el Templo, donde verá al Rey cara a cara".

El poder comentar estas breves líneas con absoluta claridad exige poseer no solamente el conocimiento histórico de la época, poseer unos fundamentos teológicos amplios y un cierto dominio de la cábala hebrea, sino que es preciso conocer la tradición alquímica y el soporte cabalístico contenido en el Antiguo Testamento. Recordemos que Caín es el primer hijo de Eva, su padre es la "Serpiente" llamada Samael; él lleva la semilla de la raza creadora de los Servidores del Fuego (cainitas) que son operarios y técnicos en la Antigüedad que entraron en graves conflictos con los adamitas (descendientes de Adán) que les envidiaban por su inteligencia. La tradición bíblica recoge la información de que ellos eran los Arquitectos de la edad antigua. Examinaremos esta palabra -arquitectos- desde el punto de vista de la cábala fonética con respecto a las lengua-madre, griega y latina -ARCHETEKTON- la descomponemos en dos palabras: ARCHE, que significa materia prima (de la cual se compone la piedra de los Filósofos), también enlaza con el vocablo ARCHEUM, que significa ARCANO, en el sentido de operación alquímica en la elaboración de la piedra filosofal.

TEKTON significa CONSTRUCTOR, fabricante, quien elabora algo.

Uniendo estas dos palabras obtenemos la palabra ARQUITECTO que no es solamente quien construye edificios sino también poseía en la Antigüedad el conocimiento de los arcanos alquímicos. Por tanto ARQUITECTO es sinónimo de ALQUIMISTA en el argot tradicional de la Masonería.

HIRAM, el descendiente de Caín, es el prototipo del "macho" puro. Es viril y poderoso; por lo tanto es el símbolo del Azufre alquímico. Hay que evitar la confusión cabalística entre "vir" macho y "vis" fuerza, que siempre van conjugadas, En Alquimia, el Azufre muere en la primera conjunción. Naciendo, su color es más negro que le hollín y así no puede ver jamás realizadas sus esperanzas. Sometido a tratamiento térmico mediante los procesos seco o húmedo de la Alquimia renace, convirtiéndose en el poderoso LEÓN DE JUDÁ, Rey de la Selva, capaz de hendir la roca de un solo zarpazo que ruge al despertar gracias a la ayuda del gran ayudante catalítico y salino elaborado de la rosa cruz. Usualmente se utiliza la vía seca, también llamada Bautismo de Fuego, o bautismo de METE en la religión de los misterios de la época romana. No olvidemos que el lenguaje diplomático es el Francés, pues es el que menos ha evolucionado del Latín y conserva numerosas pelásgicas raíces (griegas) conservando su significado hasta la actualidad. Rosa cruz en francés se escribe ROSE-CROIX, palabras que tienen el mismo sonido que ROSEE (rocío) y CUIT (cocido), del que se elaboran los tres catalizadores utilizados en la Alquimia de la Tradición. El caput mortuum es transformado en el salvaje y poderoso LEÓN DE JUDÁ.

El bautismo de agua simboliza por un lado la vía húmeda del Azufre, señalada por todos los expertos que pretenden introducir al neófito por ese tortuoso y lento vericueto; sin embargo, la cita del texto toma el sentido de las inhibiciones alquímicas del Azufre por el citrino Mercurio que lo transforman en una pasta jarábica (siruposa) y le sacan la sed la sed, permitiéndole entablar combate con el Mercurio verde, sin encenagarse en los escenarios húmedos y pegajosos en los que se desarrolla el ígneo combate de la rémora y la salamandra.

Los ADAMITAS (hijos de Adán) son gente muy clama y espiritual; están al servicio de JEHOVÁ y forman la casta sacerdotal de la época; conforme pasa el tiempo envidian a los cainitas, se saben incapaces de emular su tecnología; su corazón se endurece llegando a la ruindad y llevándolos a enfrentamiento fratricida que sostiene con los cainitas a lo largo de la edificación del TEMPLO. Sus características físicas se comprenden que son puramente femeninas, y que eviten el bautismo de fuego. Al bautizarse con agua intentan asegurarse que no se pueden mezclar las razas. En la pila bautismal se infunde el espíritu de la LUNA a los hijos de SET. Esta pila es conocida en la Biblia con el nombre de MAR DE BRONCE. El agua bautismal es transformada en la pila en el menstruo llamado MERCURIO CITRINO y le resulta inútil a loa adamitas. Para evitar el acceso al mercurio citrino del mar de bronce se impide a los cainitas el paso al Templo, así como se expulsó a Caín del Jardín se cultivaba, condenándolo a vagar por todo el universo conocido. SALOMÓN, Rey Sabio, conocía las maquinaciones entre sus súbditos admitas y los hombres de HIRAM, cainitas. Demuestra su sabiduría absteniéndose de intervenir en las rencillas. Esperaba que fracasase el plan hirámico de penetrar en el mar de bronce por él ideado, y completar sus mágicas propiedades. SALOMÓN odiaba a Hiram por haberle quitado la novia, la cual era la REINA DE SABA, con la se casó y tuvo numerosa descendencia. El Mar de Bronce estaba relleno del agua bautismal como protección ante el elemento del FUEGO. Hiram se introdujo subrepticiamente en el Templo para llenar de ardiente Metal el Mar de Bronce, a que estaba destinado, olvidando vaciar el Agua. Al abrir los tapones rugieron los líquidos al mezclarse, se estremeció el Cielo y la Tierra. Temblando ante el pavoroso estrago, Hiram oculta su rostro. Del centro del bramante TORO surge la voz de Caín conminándole se sumerja en el centro del Mar de Bronce, donde intrépidamente se arroja. Pasa por el desintegrado fondo de la pila a través de las nueve aguileñas arcadas del conocimiento hasta presencia de Caín. Le entrega a Hiram una nueva palabra y un nuevo martillo y un anillo en la mano con inscripciones para mezclar el agua y el fuego. Levantando el Velo a los no iniciados en el tema podemos observar que los adamitas representan al Mercurio, tan afectado por las influencias lunares y astrales en el curso de la pétrea elaboración de la Gran Obra. La inmersión triple del Mercurio en el cocido rocío libera la citrina sangre menstrual que recibe le Azufre poco a poco, y lo prepara para la batalla cuyos resultados son el hervor, vapor, rugidos que estremecen al hombre que contempla semejante maravilla y le obligan a cubrirse la cara. Resultado de las nueve batallas es piedrecita blanca citada en el texto original. Conocida como FIAT en el Génesis, llave del Templo y futura esposa del Rey de los Metales con el que se verá cara a cara, y llamará intensamente en la larga elaboración de la piedra filosofal, El anillo y el martillo obtenidos por Hiram toman la forma de la Cruz y la rosa, símbolos herméticos y clave de la vía seca en la elaboración de la piedra. La rémora tiene forma circular y se coloca en el fondo del crisol en esta composición, igual que San PEDRO, a quien le crucificaron boca abajo.

EPÍLOGO

Aprovecha este conocimiento para el desarrollo de tu libertad e inteligencia creadora. Libérate de la presión psíquica de los fanáticos y locos que pretenden poseer la razón a toda costa y que su verdad es la única.

Pon tus fuerzas al servicio de tu cabeza y no busques en la Alquimia el lucro, sino el servicio altruista cuyo espíritu es manifiesto en todos los autores de esta tradicional Ciencia. La libertad comienza por ti mismo, disfruta de ella y enseña a que los demás la disfruten

NOTA: Este artículo fue escrito en un momento en que la Masonería era duramente criticada y perseguida en España (hubo muchos encarcelamientos de masones, a los que mucho temía Franco), por lo cual, para poder publicarlo, se hizo necesario incluir algunas frases que pueden parecer hoy día un tanto intempestivas e irreales. Se escribieron en 1975 aproximadamente, y son los primeros balbuceos de la pluma del autor. El artículo se ha incluido en Mercurio Radiante por su interés histórico. En los tiempos del franquismo hubo una censura muy grande que impedía expresar la verdad en muchos aspectos, muchas revistas se secuestraban, y destruían, con el consiguiente perjuicio del editor. No se podía publicar con facilidad y los tiempos fueron duros para todos. La Francmasonería tiene por objeto el desarrollo del integral Hombre, y nada tiene que ver con lo expuesto en el artículo, que fue la puerta que sirvió para poder publicar la serie de artículos del Mutus Liber, versión antimonista, que en su momento fueron de gran interés. En la actualidad el autor manifiesta que el artículo hoy no lo publicaría tal cual está. Y considera que solo se puede incluir como mera curiosidad.