viernes, 31 de mayo de 2013

CARTADE UN MASON A SU HIJO.

 Articulo enviado a la redaccion de la Comisión Mambi, Patria y Libertad, por un Hermano Maestro Masón.
Querido hijo:

Cuando ya no me cuentes como haces tus travesuras y detalles personales, cuando ya no te de miedo la oscuridad y abras por fin las páginas de esos libros desconocidos que hoy apenas miras, tal vez mal acomodados en nuestra modesta biblioteca, cuando seas mayor acércate a esos señores que ahora te parecen extraños y un tanto misteriosos y que si no te infunden desagrado quizás te merecen sólo indiferencia.

Busca esas personas que a menudo me llaman o me visitan y con quienes comparto unas horas cada semana cuando me vez llegar un poco más tarde a casa. Sí, busca a esos hombres a quienes la sociedad identifica como los Masones, y que yo llamo orgullosamente: ¡Mis hermanos!

Tanto los has visto y escuchado que seguramente ya los conoces a todos. La mayoría son jóvenes, algunos hombres ya maduros y otros más, lucen sus testas coronadas por el blanco de las canas como algunas montañas muestran sus cimas cubiertas por el blanco de la nieve. Pero todos me permitieron beber en la fuente de su sabiduría; todos por igual me abrieron sus pechos como se abre un cesto para recibir las confidencias, los goces, las penas, los proyectos y las ilusiones del amigo mejor.

Sí, acércate a ellos, no importa cuán largo sea el camino que tengas que recorrer ni los obstáculos que hayas de vencer. Decídete a buscarlos y el SUPREMO HACEDOR te mostrará el sendero.

Y cuando conozcas qué hacen, cómo piensan, y qué pretenden, siempre que tu espíritu quede satisfecho y allanadas todas tus inquietudes, UNETE A ELLOS Y SÍGUELOS. Pero si después de analizar sus principios continúan sin respuestas todas tus dudas, entonces hijo mío, SEPÁRATE DE SU CAMINO CON LA DECENCIA DE HOMBRE BIEN NACIDO.

Si para entonces aún vivo, aplaudiré tu decisión cualquiera que haya sido. La aceptaré porque habrás estudiado antes de definir y porque analizaste para poder escoger, es decir, que habrás escogido por ti mismo después de razonar.

Y si ya no vivo, hijo mío, pediré al GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO que adorne tu vida con los atributos que siempre busqué para ti y que MASÓN O NO EL MUNDO TE RECONOZCA COMO UN HOMBRE HONESTO, VIRTUOSO, JUSTO, RESPETUOSO, OPUESTO A TODO GÉNERO DE OPRESIÓN Y CON UN PROFUNDO AMOR A LA HUMANIDAD.

No hay comentarios:

Publicar un comentario