lunes, 16 de marzo de 2015

MUERTE PROFANA Y RENACIMIENTO MASÓNICO: DEL VICIO A LA VIRTUD

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 Articulo enviado a l;a redacción de la Comisión Mambi Patria y Libertar, por un Hermano Maestro Masón.
Al ingresar a esta Augusta Institución, cada uno de nosotros fue el protagonista de una ceremonia de iniciación, donde recibimos el abrazo de la Tierra para atestiguar nuestra muerte en la vida profana y el renacimiento a una nueva vida masónica, tras la victoria sobre los otros tres elementos de nuestra naturaleza: el Aire, que representa el caos de pensamiento y la ignorancia; el Agua, que simboliza las pasiones humanas; y el Fuego, los vicios que nos consumen; surgiendo entonces un hombre nuevo, virtuoso e instruido.
El Masón busca, en todo momento, deshacerse de esa carga profana, llena de vicios e ignorancia, en un esfuerzo constante por alcanzar la Virtud y la Instrucción. Los vicios (del latín “vitium”, que significa falla o defecto) son aquellas conductas que se consideran socialmente reprobables, inmorales o degradantes. Para el masón, los vicios pervierten los instintos y traen desesperación.
La trinidad que define al hombre es el cuerpo, la mente y el espíritu. Cada uno de ellos tiene sus propias necesidades para desarrollarse de manera armoniosa y sana. Cuando esas necesidades son satisfechas adecuadamente, son fuente de placer y gozo.
El cuerpo humano se rige por diversos instintos de supervivencia: requiere de alimento, por lo que necesita comer; busca perpetuarse en el tiempo, por lo que el sexo produce placer; necesita preservarse ante el peligro, y el mecanismo de defensa es la ira y la violencia; el cuerpo necesita repararse constantemente y busca el descanso. Nuestra mente busca la autosatisfacción: las posesiones materiales nos dan sensación de seguridad para sobrevivir a tiempos difíciles; nuestra búsqueda de mejorar nuestra situación actual nos hace desear lo que otros tienen; y como seres sociales, necesitamos y buscamos el reconocimiento de los demás.
Todas estas necesidades son inherentes al hombre y son completamente naturales. Sin embargo, al buscar satisfacerlas de manera irracional, tentados por el placer que proporcionan, incurrimos en actos socialmente inaceptables: caemos en los vicios. Los vicios, esos deseos que nunca pueden ser satisfechos, rompen la armonía del ser humano, pues pervierten nuestros instintos, traicionan nuestro raciocinio e impiden al espíritu encontrar el placer que proporciona la tranquilidad, la paz interior y la armonía con la conciencia universal.
Los cristianos reconocen siete pecados capitales: la gula, la lujuria, la ira, la pereza, la avaricia, la envidia y la soberbia. Se denominan capitales, pues implican la muerte de nuestra alma, de nuestro espíritu, y son el origen de muchos otros vicios.
Sócrates da la respuesta al por qué el hombre cae en los vicios: “El saber es lo que permite actuar bien; sólo se actúa mal por ignorancia, porque se desconoce la virtud; sólo la virtud permite reconocer el bien del mal, lo moral de lo inmoral”. Así, la virtud es la lucha constante contra los vicios, el esfuerzo que domina las pasiones, con lo que el hombre logra tomar las opiniones correctas y superar las situaciones más difíciles para cambiarlas a su favor.
Platón reconoce tres cualidades del ser humano: entendimiento (capacidad de pensamiento y raciocinio), voluntad (conciencia, capacidad de ordenar su propia conducta) y emoción (capacidad de afecto y rechazo a objetos y otros seres humanos). El buen uso de cada una de ellas representa una virtud: la sabiduría, el valor y el autocontrol.
Estas tres virtudes forman la dote del A.·.M.·.:
  1. La sabiduría, representada por la diosa Minerva (Atenea) que permite identificar y evaluar las situaciones que se nos presentan, para tomar las acciones correctas en el momento correcto.
  2. El valor, la fuerza, representada por Hércules (Heracles), para realizar esas acciones a pesar de los peligros y las amenazas, hasta el punto de ofrendar la vida en la defensa de los ideales.
  3. El autocontrol, la belleza de nuestros ideales y emociones más puros, representada por la diosa Venus (Afrodita), que nos permite interactuar con los demás, sin perjudicarlos, durante la búsqueda de nuestros ideales.
Estas virtudes son recibidas simbólicamente durante la ceremonia de iniciación como los instrumentos del A.·.M.·.: la regla representa el intelecto, la sabiduría que deberá regir todos los actos del A.·.M.·. sobre la línea del deber, el martillo que servirá para dar golpes mortales a los vicios y el mandil que representa la pureza de sus acciones.
A estas tres virtudes, Platón añade la Justicia, para describir las Virtudes Cardinales (del latín “cardo”, pivote), alrededor de las cuales debe girar la existencia del ser humano:
  1. Prudencia: usar el intelecto para discernir el bien en toda circunstancia, y escoger con cautela las acciones justas y apropiadas para conseguirlo.
  2. Fortaleza: la firmeza ante las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, afrontando riesgos y amenazas.
  3. Templanza: el dominio sobre los deseos y los instintos, manteniendo los placeres en los límites de la honestidad.
  4. Justicia: la firme y sincera búsqueda de dar a cada quien en la medida de lo que merece. Ésta última emana naturalmente del cumplimiento de las otras tres virtudes, es decir, no se puede ser justo si se carece de prudencia, de fortaleza o de templanza.
La moral cristiana reconoce tres virtudes más, infundidas por el Espíritu Santo, denominadas Virtudes Infusas: la fe, la esperanza y la caridad. La fe es la creencia que no requiere evidencia ni demostración. La esperanza es la confianza y la certeza plena en alcanzar los ideales. Finalmente, la caridad es el amor a Dios y al prójimo. Estas virtudes las encontramos en los tres Grandes Preceptos Masónicos: “Tengo Fe en mis ideales, Esperanza para conseguirlos, por Amor a la Humanidad”.
Nuestro carácter está definido por nuestras ideas, nuestras palabras y nuestras acciones. Al carácter de un masón lo definen las virtudes y la práctica constante de ellas. Aristóteles nos dice que: “la virtud humana no es una facultad ni una pasión, es un hábito” que puede aprenderse y cultivarse.
Al renacer a la vida masónica, aceptamos ahondar pozos sin fin a los vicios y levantar templos a la virtud. Entramos a la Tierra vendados por la ignorancia y atados por nuestras pasiones, pero al surgir a la Luz de la Masonería, se nos han entregados nuestros instrumentos, las virtudes, para liberarnos y purificarnos de nuestra carga profana de vicios y prejuicios.
Como masones, debemos reconocer que no somos inmunes a las tentaciones y debilidades, pero también debemos aceptar que tenemos el conocimiento para enfrentarlas con sabiduría, fuerza y templanza. Y a través de esta lucha constante contra los vicios, practicando de manera constante todas las virtudes que definen al masón, podemos alimentar nuestro espíritu y liberar nuestra piedra tallada, para hacer de nosotros mejores hombres y mejores ciudadanos.

Las palabras “PROFANO” y “CANDIDATO”



Articulo enviado a la redacción de la Comisión Mambi Patria y Libertad por un Hermano Maestro Masón.

Profano, está compuesta de dos palabras latinas: “pro” (antes, enfrente), y “fanum” (templo). De esas dos raíces se derivó profanus, que significa “separado o distinto del templo”, nombre que se aplicaba en la antigüedad a las personas que no eran admitidas en los templos para observar o participar de los misterios.

La palabra profano en el uso ordinario significa una persona irreligiosa e irreverente. En Masonería, se aplica el término profano a todas las personas que no pertenecen a la Orden Masónica por ser desconocedoras de sus Ritos.

De modo pues, que dicha palabra no contiene elemento alguno de ofensa ni suspicacia, sino que se aplica “peculiarmente” al que no conoce los misterios masónicos y no pertenece a la Orden.

La Masonería no prejuzga los méritos de los profanos, pues de entre ellos surgen los aspirantes para el ingreso en nuestra Hermandad y reciben el abrazo fraterno cuando son iniciados.

Candidato, es todo profano que aspira ingresar en la Orden Masónica, el cual para poder ser considerado en principio, debe reunir determinadas condiciones. Esto significa que el aspirante deber ser “calificado” o reunir ciertas condiciones.

La palabra candidato es de origen latino, y procede del vocablo candidatus que significa“vestido de blanco”.

En la antigua Roma el que aspiraba a un puesto público vestía una capa o toga blanca de forma peculiar, abierta por delante, para que el aspirante pudiese mostrar las cicatrices de las heridas que había recibido en el pecho y otra parte del cuerpo en las guerras que participó.

A esa capa o manto se llamaba toga cándida, por su color blanco que simbolizaba la pureza de las intenciones del aspirante, y de allí surgió la designación de candidatus, de donde procede el vocablo candidato. (Candidez, no debe entenderse en el sentido vulgar y despectivo de “simpleza”, sino en el valor de sencillez, sinceridad y sanidad de espíritu).

La explicación de la palabra candidato ha de servirnos a los Masones para recordar “la pureza de conducta y de carácter que debe distinguir a todo candidato para su ingreso en nuestra Orden”.

El profano que venga debe haberse mostrado en público y en privado revestido de la toga cándida de rectitud, de la veracidad, de la honradez y de la filantropía.

Este traje espiritual simboliza para la Masonería “la reputación” que debe tener todo aspirante a ingresar en nuestra Orden.

LEYENDAS Y SIMBOLOGÍA MASÓNICAS



Articulo enviado a la redacción de la Comisión Mambi Patria y Libertad por un Hermano Maestro Masón.

Las intenciones que expreso al publicar este artículo no son las de engañar a un crédulo público desposeído de una amplia cultura acerca del tema masónico; numerosos fanáticos de todos los credos y organizaciones secretas laboran sirviendo sórdidos intereses al servicio unos pocos "iniciados", por lo que se hace necesario poner al descubierto la enseñanza iniciática en la Simbología de estas sociedades, dejando en claro los tejemanejes de los farsantes y vividores que dirigen las Organizaciones antes citadas, especialmente las llamadas "sociedades de Poder". (*)

De los Recopiladores de las ideas rosacruces y masónicas podemos citar a Max Heindel, autor del libro "Masonería y Catolicismo", del que vamos a tomar algunas citas prescindiendo del contenido ideológico que expone el autor, sin duda contaminado por influencias externas a los poseedores de la Sabiduría Esotérica, tomando al mencionado autor al pie de la letra como ciertas las alegorías suministradas por los sabios de la Antigüedad y errando en la apreciación de los conceptos que fue incapaz de comprender: "Así, dijo Caín, tú, Hiram, estás destinado a morir sin ver realizadas tus esperanzas; pero a la viuda le nacerán muchos hijos que mantendrán viva tu memoria en el rodar de los siglos y al fin aparecerá uno mayor que tú. No despertarás hasta que el León de Judá te levante con poderoso zarpazo de sus garras. Hoy recibiste el bautismo de fuego; pero él te bautizará con agua y con espíritu; a ti y todo hijo de la viuda que a El vaya. Será mayor que Salomón y edificará una Ciudad y un Nuevo templo en donde adoran las Naciones.

Los hijos de Caín y las hijas de Seth se encontrarán en Paz en el Mar de Cristal. Y así como Melquisedec, Rey de Salem y Sacerdote de Dios, ministro de Abraham, el Padre de las Naciones, cuando la Humanidad estaba todavía en su infancia, así la nueva luz reunirá en sí los oficios de rey y Sacerdote del orden de Melquisidec. Juzgará las Naciones con la Ley de Amor y al que venciere se le dará una piedrecita blanca y en ella grabado un nombre que servirá de llave para entrar en el Templo, donde verá al Rey cara a cara".

El poder comentar estas breves líneas con absoluta claridad exige poseer no solamente el conocimiento histórico de la época, poseer unos fundamentos teológicos amplios y un cierto dominio de la cábala hebrea, sino que es preciso conocer la tradición alquímica y el soporte cabalístico contenido en el Antiguo Testamento. Recordemos que Caín es el primer hijo de Eva, su padre es la "Serpiente" llamada Samael; él lleva la semilla de la raza creadora de los Servidores del Fuego (cainitas) que son operarios y técnicos en la Antigüedad que entraron en graves conflictos con los adamitas (descendientes de Adán) que les envidiaban por su inteligencia. La tradición bíblica recoge la información de que ellos eran los Arquitectos de la edad antigua. Examinaremos esta palabra -arquitectos- desde el punto de vista de la cábala fonética con respecto a las lengua-madre, griega y latina -ARCHETEKTON- la descomponemos en dos palabras: ARCHE, que significa materia prima (de la cual se compone la piedra de los Filósofos), también enlaza con el vocablo ARCHEUM, que significa ARCANO, en el sentido de operación alquímica en la elaboración de la piedra filosofal.

TEKTON significa CONSTRUCTOR, fabricante, quien elabora algo.

Uniendo estas dos palabras obtenemos la palabra ARQUITECTO que no es solamente quien construye edificios sino también poseía en la Antigüedad el conocimiento de los arcanos alquímicos. Por tanto ARQUITECTO es sinónimo de ALQUIMISTA en el argot tradicional de la Masonería.

HIRAM, el descendiente de Caín, es el prototipo del "macho" puro. Es viril y poderoso; por lo tanto es el símbolo del Azufre alquímico. Hay que evitar la confusión cabalística entre "vir" macho y "vis" fuerza, que siempre van conjugadas, En Alquimia, el Azufre muere en la primera conjunción. Naciendo, su color es más negro que le hollín y así no puede ver jamás realizadas sus esperanzas. Sometido a tratamiento térmico mediante los procesos seco o húmedo de la Alquimia renace, convirtiéndose en el poderoso LEÓN DE JUDÁ, Rey de la Selva, capaz de hendir la roca de un solo zarpazo que ruge al despertar gracias a la ayuda del gran ayudante catalítico y salino elaborado de la rosa cruz. Usualmente se utiliza la vía seca, también llamada Bautismo de Fuego, o bautismo de METE en la religión de los misterios de la época romana. No olvidemos que el lenguaje diplomático es el Francés, pues es el que menos ha evolucionado del Latín y conserva numerosas pelásgicas raíces (griegas) conservando su significado hasta la actualidad. Rosa cruz en francés se escribe ROSE-CROIX, palabras que tienen el mismo sonido que ROSEE (rocío) y CUIT (cocido), del que se elaboran los tres catalizadores utilizados en la Alquimia de la Tradición. El caput mortuum es transformado en el salvaje y poderoso LEÓN DE JUDÁ.

El bautismo de agua simboliza por un lado la vía húmeda del Azufre, señalada por todos los expertos que pretenden introducir al neófito por ese tortuoso y lento vericueto; sin embargo, la cita del texto toma el sentido de las inhibiciones alquímicas del Azufre por el citrino Mercurio que lo transforman en una pasta jarábica (siruposa) y le sacan la sed la sed, permitiéndole entablar combate con el Mercurio verde, sin encenagarse en los escenarios húmedos y pegajosos en los que se desarrolla el ígneo combate de la rémora y la salamandra.

Los ADAMITAS (hijos de Adán) son gente muy clama y espiritual; están al servicio de JEHOVÁ y forman la casta sacerdotal de la época; conforme pasa el tiempo envidian a los cainitas, se saben incapaces de emular su tecnología; su corazón se endurece llegando a la ruindad y llevándolos a enfrentamiento fratricida que sostiene con los cainitas a lo largo de la edificación del TEMPLO. Sus características físicas se comprenden que son puramente femeninas, y que eviten el bautismo de fuego. Al bautizarse con agua intentan asegurarse que no se pueden mezclar las razas. En la pila bautismal se infunde el espíritu de la LUNA a los hijos de SET. Esta pila es conocida en la Biblia con el nombre de MAR DE BRONCE. El agua bautismal es transformada en la pila en el menstruo llamado MERCURIO CITRINO y le resulta inútil a loa adamitas. Para evitar el acceso al mercurio citrino del mar de bronce se impide a los cainitas el paso al Templo, así como se expulsó a Caín del Jardín se cultivaba, condenándolo a vagar por todo el universo conocido. SALOMÓN, Rey Sabio, conocía las maquinaciones entre sus súbditos admitas y los hombres de HIRAM, cainitas. Demuestra su sabiduría absteniéndose de intervenir en las rencillas. Esperaba que fracasase el plan hirámico de penetrar en el mar de bronce por él ideado, y completar sus mágicas propiedades. SALOMÓN odiaba a Hiram por haberle quitado la novia, la cual era la REINA DE SABA, con la se casó y tuvo numerosa descendencia. El Mar de Bronce estaba relleno del agua bautismal como protección ante el elemento del FUEGO. Hiram se introdujo subrepticiamente en el Templo para llenar de ardiente Metal el Mar de Bronce, a que estaba destinado, olvidando vaciar el Agua. Al abrir los tapones rugieron los líquidos al mezclarse, se estremeció el Cielo y la Tierra. Temblando ante el pavoroso estrago, Hiram oculta su rostro. Del centro del bramante TORO surge la voz de Caín conminándole se sumerja en el centro del Mar de Bronce, donde intrépidamente se arroja. Pasa por el desintegrado fondo de la pila a través de las nueve aguileñas arcadas del conocimiento hasta presencia de Caín. Le entrega a Hiram una nueva palabra y un nuevo martillo y un anillo en la mano con inscripciones para mezclar el agua y el fuego. Levantando el Velo a los no iniciados en el tema podemos observar que los adamitas representan al Mercurio, tan afectado por las influencias lunares y astrales en el curso de la pétrea elaboración de la Gran Obra. La inmersión triple del Mercurio en el cocido rocío libera la citrina sangre menstrual que recibe le Azufre poco a poco, y lo prepara para la batalla cuyos resultados son el hervor, vapor, rugidos que estremecen al hombre que contempla semejante maravilla y le obligan a cubrirse la cara. Resultado de las nueve batallas es piedrecita blanca citada en el texto original. Conocida como FIAT en el Génesis, llave del Templo y futura esposa del Rey de los Metales con el que se verá cara a cara, y llamará intensamente en la larga elaboración de la piedra filosofal, El anillo y el martillo obtenidos por Hiram toman la forma de la Cruz y la rosa, símbolos herméticos y clave de la vía seca en la elaboración de la piedra. La rémora tiene forma circular y se coloca en el fondo del crisol en esta composición, igual que San PEDRO, a quien le crucificaron boca abajo.

EPÍLOGO

Aprovecha este conocimiento para el desarrollo de tu libertad e inteligencia creadora. Libérate de la presión psíquica de los fanáticos y locos que pretenden poseer la razón a toda costa y que su verdad es la única.

Pon tus fuerzas al servicio de tu cabeza y no busques en la Alquimia el lucro, sino el servicio altruista cuyo espíritu es manifiesto en todos los autores de esta tradicional Ciencia. La libertad comienza por ti mismo, disfruta de ella y enseña a que los demás la disfruten

NOTA: Este artículo fue escrito en un momento en que la Masonería era duramente criticada y perseguida en España (hubo muchos encarcelamientos de masones, a los que mucho temía Franco), por lo cual, para poder publicarlo, se hizo necesario incluir algunas frases que pueden parecer hoy día un tanto intempestivas e irreales. Se escribieron en 1975 aproximadamente, y son los primeros balbuceos de la pluma del autor. El artículo se ha incluido en Mercurio Radiante por su interés histórico. En los tiempos del franquismo hubo una censura muy grande que impedía expresar la verdad en muchos aspectos, muchas revistas se secuestraban, y destruían, con el consiguiente perjuicio del editor. No se podía publicar con facilidad y los tiempos fueron duros para todos. La Francmasonería tiene por objeto el desarrollo del integral Hombre, y nada tiene que ver con lo expuesto en el artículo, que fue la puerta que sirvió para poder publicar la serie de artículos del Mutus Liber, versión antimonista, que en su momento fueron de gran interés. En la actualidad el autor manifiesta que el artículo hoy no lo publicaría tal cual está. Y considera que solo se puede incluir como mera curiosidad.


















lunes, 5 de enero de 2015

EL ARBOL DE LA VIDA

Articulo enviado a la redacción de la Comisión Mambi Patria y Libertad por un Hermano Maestro Masón.

Los orígenes de la Cábala se remontan en el tiempo más allá de los Rollos del Mar Muerto. Por sus complejas profundidades y su rica historia, su cuerpo de escrituras y creencias ha llegado a ser cada vez más reconocido, no sólo como uno de los aspectos más enigmáticos del judaísmo, sino también como parte importante de una tradición mística más amplia. Siglos de esfuerzo tomó a los cabalistas descubrir los secretos de Dios, del hombre y del universo a través de los símbolos del mundo físico y los misterios del lenguaje; investigación monumental que tiene como escenario la vida judía en España, Polonia, Alemania y el resto de Europa.
Las enseñanzas esotéricas del misticismo judío se designan con el término hlbq (cábala)1 -"tradición" o "recepción"- del verbo hebreo lbq (kibel), "recibir"2 , especialmente las formas que asumieron en la Edad Media. En su sentido más amplio, "cábala" significa todos los sucesivos movimientos esotéricos que se desarrollaron en el judaísmo a finales del periodo del Segundo Templo y se convirtieron en factores activos en la historia judía.3
El término ha sido empleado en la literatura talmúdica, por un lado, para subrayar el fundamento de ciertas interpretaciones tradicionales de la Escritura y de ciertas costumbres religiosas; y, por otro, para testimoniar la continuidad espiritual de la historia judía. La elección de este término indica claramente el carácter legalista e histórico de la mística judía.4
Según Scholem, la Cábala es un fenómeno único, y no se le debe considerar como idéntico a lo que se conoce como "misticismo" en la historia de la religión. De hecho, se trata de un misticismo, pero al mismo tiempo es esoterismo y teoso-fía. ¿En qué sentido se le puede llamar misticismo? Ello depende de la definición del término, un asunto de controversia entre eruditos. Si el término se limita al profundo anhelo de comunicación humana directa con Dios a través de la aniquilación de la individualidad entonces solamente unas cuantas manifestaciones de la Cábala pueden ser designadas como tales, pues pocos cabalistas buscaron esta meta, y mucho menos la formularon abiertamente como su objetivo final. No obstante, se puede considerar que la Cábala es un misticismo en tanto que busca una comprensión de Dios y la creación, cuyos elementos intrínsecos están más allá del alcance del intelecto, aunque los cabalistas rara vez subestiman o rechazan esto de manera explícita. Esencialmente estos elementos fueron percibidos a través de la contemplación y la iluminación, que a menudo se presentan en la Cábala como la transmisión de una revelación primordial relacionada con la naturaleza de la Tora y otros asuntos religiosos. Sin embargo, la Cábala está muy lejos del enfoque racional e intelectual de la religión. Este fue el caso incluso entre aquellos cabalistas que pensaron que básicamente la religión estaba sujeta a la indagación racional, o que, al menos, había algún acuerdo entre el sendero de la percepción intelectual y el desarrollo de la aproximación al tema de la creación. Para algunos cabalistas el intelecto en sí mismo se convirtió en un fenómeno místico. Así encontramos en la Cábala un énfasis paradójico en la congruencia entre intuición y tradición. Es este énfasis, junto con la asociación histórica que sugiere de suyo el término "cábala" (algo que ha sido transmitido por tradición), lo que indica las diferencias básicas entre la Cábala y otras clases de misticismo religioso que se identifican menos estrechamente con la historia de un pueblo. No obstante, hay elementos comunes a la Cábala y al misticismo griego y cristiano, e incluso vínculos históricos entre ellos.
Como otras clases de misticismo, la Cábala también se ocupa de la percepción del místico tanto de la trascendencia de Dios como de su inmanencia en la vida verdaderamente religiosa, cada una de cuyas facetas es una revelación de Dios, aunque a éste el ser humano lo percibe más claramente a través de la introspección. Esta experiencia dual y aparentemente contradictoria del auto-oculta miento y la auto-revelación de Dios determina la esfera esencial del misticismo, y al mismo tiempo obstruye otras concepciones religiosas. El segundo elemento en la Cábala es la teoso fía, que busca revelar los misterios de la vida oculta de Dios y las relaciones entre la vida divina, por una parte, y la vida del hombre y la creación por la otra.
Especulaciones de este tipo ocupan un área extensa y conspicua en la enseñanza cabalística. Algunas veces su conexión con el plano místico se vuelve más bien tenue y es reemplazada por una vena interpretativa y hominicaco que ocasionalmente resulta incluso en una clase de casuística cabalística.
La mística no judía -tanto oriental como occidental- aspira a superar el plano de la acción, a "perderse" en las esferas contemplativas; se sitúa fuera del tiempo histórico.
La Cábala va más allá, por supuesto, del ámbito material y temporal de la historia, pero no por ello deja de identificarse con ésta, y sobre todo con la del pueblo hebreo. La historia judía tiene orígenes metafísicos y se centra en la práctica religiosa. Esta práctica, individual en principio, adquiere un carácter social.
El pensamiento de la Cábala es algo más que un sistema filosófico. Su práctica no proporciona el sentimiento de la unión total con la divinidad ni se limita a la realización de un cierto número de ritos. Es una mística en virtud de su búsqueda de lo absoluto y de su persecución del contacto divino; pero, más allá de eso, es una manifestación creadora del espíritu judío.5
Alexandre Safran afirma que en la Cábala hay una revelación primordial que cada generación, cada ser humano, debe renovar. Esta empresa -que de suyo involucra a la divinidad- adquiere dimensiones cósmicas, pues su realización determina la relación de Dios con el mundo y con el hombre. La Cábala rebasa los límites de una mística religiosa y es infinitamente más amplia que una tradición esotérica. Tanto en Oriente como en Occidente, el místico es un hombre liberado. Así lo presentan, por un lado, Karl Jaspers, que ve en Plotino al "mayor filósofo místico de Occidente"6 y, por otro, Roger Godel, ferviente admirador del jivan mukta (emancipado en vida) oriental.7El místico no judío aspira a su liberación, a su salvación, y la consigue. Por el contrario, el cabalista nunca llegará a la "aniquilación" total y definitiva, porque siempre permanece atado a la cadena divina. Aunque se "aniquile" por un instante, las oscilaciones de esta cadena le devuelven a sí mismo, le llaman a su orden terrestre.
Ciertamente, la Cábala pertenece al universo místico. Sin embargo, no se reduce a una ciencia mística especulativa ni a una técnica mística. El misticismo es "un método cuya finalidad es la comprensión experimental de lo divino".8 Pero el cabalista -el hombre "tradicional"- no trata de alcanzar lo divino: se conforma con aproximarse a Dios. No se pierde en Él, sino que acepta el yugo que Él le impone. Y el peso de ese yugo le da una sensación de delicia. El sometimiento se convierte en júbilo. Ese yugo es el mismo para todos, pero su peso se adapta a las fuerzas del ser humano que lo lleva. La revelación es la misma para todos, pero cada quien la interpreta a su modo, según sus capacidades intelectuales y espirituales. Es decir, la Ley es rigurosa, formal y general; pero los preceptos tienen un alcance individual, una resonancia personal.
El cabalista no realiza la experiencia de Dios, no se embriaga con su Substancia, que envuelve y desconcierta al místico. La salvación que espera no debe desligarla de su condición humana, sino que habrá de permitirle su plena consumación.
La cadena de la Cábala no se halla al margen de la naturaleza; muy por el contrario, representa la naturaleza espiritualizada y el espíritu concretizado. Dios penetra la realidad inferior, se realiza. Por su parte, el ser humano puede contemplarse en el "espejo" celeste sin necesidad de abandonar la tierra. La realidad divina y la realidad humana son interdependiente. En la medida en que el hombre lo acepta, Dios es la realidad de este mundo.
Sin embargo, Dios no ha suprimido la distancia que lo separa del hombre. Es verdad que éste puede trepar por la escala que conduce hasta los cielos, pero necesariamente habrá de descender de nuevo a la Tierra. El cabalista no se une a Dios, no realiza aquello que los místicos no judíos llaman unio mystica, perdiéndose en el Absoluto. El cabalista aspira a realizar su condición activa de "hombre de Dios" mediante la devekút, el "encadenamiento". El cabalista se encadena a su creador, establece una relación activa con Él; no se abisma en Él para despersonalizarse. Así, la devekút no es un método, ni una técnica, sino un modo de vida.
En la perspectiva bíblica, la devekút, esta relación entre Dios y el hombre, es eminentemente dinámica, pero no desordenada. Así la presenta toda la literatura religiosa de Israel: el Talmúd, El Zóhar y la filosofía racionalista, y también todo el pensamiento místico. La devekút se anuda en el amor del hombre por Dios; y ese amor se hace total en virtud de la aplicación de la ley divina; es profundo sin ser exuberante. La devekút, modo de vida, condición vital, se transforma en un acto de vida, en el proceso de su realización.
La finalidad suprema de todo místico que cree en un dios personal es el amor total a ese dios. Dios es amor y es objeto de amor,9 en una apología de la religión del místico. Pero el amor de Dios marca el desembocar de toda creencia religiosa en un dios personal y, en definitiva, toda religión tiene un fundamento místico incuestionable, porque presupone la fe en el Absoluto y, además, una relación entre el hombre y la divinidad.
Pero si el amor puramente "místico", unitivo, suprime toda autonomía de la persona humana, el amor "religioso", en cambio, no hace sino establecer una relación con Dios. En la Cábala, el amor de Dios no es ni verdaderamente místico, ni simplemente religioso. Se presenta sumergido en un resplandor místico, se funda en una reciprocidad, pero adquiere el sentido de un amor inteligente. Tanto en el primero como en el segundo tipo de relación hay dos personalidades que actúan una en la otra, dos personalidades que se influencian mutuamente, sin que cada una de ellas abandone -sin embargo- su propia estructura ni renuncie a su autonomía. Pero cada uno de los dos partícipes debe comprender al otro. Yadoa, conocer, indica una comprensión seguida de una voluntad activa, es decir, de una devekút.
Esta unión creadora implica igualmente un acto de voluntad: el hombre debe plegarse a la voluntad de Dios. Por su parte, Dios respeta la voluntad de su criatura. Ésta, sin embargo, no debe abandonarse al "nada desear", no debe seguir la concepción mística para aniquilarse, perderse y transformarse en el objeto amado.10 Muy al contrario, la voluntad humana se reafirma al confundirse con la de Dios. Es decir, la devekút se manifiesta en la acción humana.
El cabalista no practica únicamente un misticismo interior. Se dedica al estudio y penetra en los secretos de la Enseñanza, no para quedarse ahí sino para salir renovado. Es el hombre del deber, no del sentimiento; se orienta hacia la acción. Ocuparse del estudio significa instrucción y aplicación. La erudición sólo se justifica por la acción que de ella se deriva.11El cabalista no hace suyo el ideal de "no conocimiento" que los otros místicos -e incluso algunos no místicos- consideran tan elevado.
Como el jasid -el "devoto" de todas las épocas-, el cabalista sigue el ejemplo del salmista y respeta la fe del hombre simple e íntegro, pero no por ello menosprecia el consejo de Yehudá ha-Leví12 y Bajiá ibn Pakuda13: estudiar. Los estudios no conducen al saber, sino a la conciencia de la propia ignorancia. Lo que está a la vista llama a los ojos, lo que está oculto atrae al saber. Pero el saber que El Zóhar recomienda no es más que la introducción al no-saber. A través de la búsqueda intelectual, el cabalista llega al grado que la supera, al cual sigue el descubrimiento de los secretos: el grado de la simplicidad. Porque lo que es verdadero es simple.
La investigación racional no le permite alcanzar la verdad absoluta. La verdad adquiere un valor moral: se adquiere con arduo trabajo y por ello invita a la humildad. El valor moral no es perfecto, pero es perfectible. La simplicidad de la ciencia trae consigo la simplicidad del comportamiento. Y esta virtud -la virtud del ÷y_ (Aín), el "Absoluto"- es la misma del hombre que ha adquirido la ciencia, la "sabiduría", la hmkj (Jojmá).
La Cábala -Jojmá ha-emet, "ciencia de la verdad"- tiende a conocer la verdad divina y se interroga acerca del origen del mundo, sobre su organización y su fin; acerca de las relaciones entre Dios, el mundo y el hombre; sobre el lugar que el hombre ocupa en el universo. No obstante -a diferencia del místico hindú, que alardea de llegar a la omnisciencia, no en virtud de un esfuerzo intelectual sino por abstracción de todo saber-, la plena posesión de la verdad le sigue siendo inalcanzable.
Para el cabalista, la omnisciencia es irrealizable, pero la ausencia de saber es imperdonable. El buscador despierto quiere conocer lo máximo posible. No limita su conocimiento a una ciencia fragmentaria y exterior a las cosas; no se conforma con alcanzar desde el exterior una serie de puntos de vista acerca de las cosas, sino que desea penetrar en su esencia; quiere llegar hasta su vida interior.
El cabalista no afirma, como Pascal, que nada hay tan conforme a la razón como la sinrazón, ni comparte la idea de que ser místico es pretender conocer a través de algo que no sea la inteligencia.14Sabe que la inteligencia sola no comprende nada de la vida, pero le parece excesivo sostener, como Valéry, que lo real le está prohibido al pensamiento. No se deja aprisionar por la razón, ni fascinar por la intuición. Se sirve de ambas como instrumentos complementarios de investigación.
La religiosidad del cabalista no se debe a la debilidad psíquica que origina el miedo a la acción, ni a estados neuróticos -teopáticos-, ni a la alucinación, al delirio, al éxtasis, con los que se pretende identificar el impulso religioso; corresponde a la intensa vida del espíritu que sabios eminentes tratan de explicar como la superación de un estado puramente afectivo, psicofisiológico. El cabalista es un ser normal, despierto, que posee la intuición de lo divino y que, para perfeccionar-la, se supera por su propia acción.
Como la describen los maestros del movimiento jasídico Jabad, nacido en Rusia en el siglo XVIII, la religión del cabalista es la de la audacia prudente, la del riesgo calculado.

Los 7 Pecados Capitales de un Masón


Articulo enviado a la redacción de la Comisión Mambi Patria y Libertad por un Hermano Maestro Masón.

¿Todavía siguen vigentes los siete pecados capitales? Hoy, en este mundo globalizado, se habla con muy poca frecuencia sobre este tema.

Quizás, ello se deba a que estos fueron el origen de los vicios y porque según la concepción cristiana «alejaban al hombre de Dios». Los «siete pecados capitales» fueron estudiados por Santo Tomás de Aquino en su obra Suma Teológica escrita en el siglo XXI y posteriormente recopilados y clasificados por San Gregorio Magno (540-604 d.C.), a quien también se le conoció como Gregorio I, el sexagésimo cuarto Papa de la Iglesia Católica. La pregunta es: ¿Siguen vigentes los siete pecados capitales?

El filósofo Fernando Savater, en su obra Los siete pecados capitales, [1] dice que los pecados tradicionales —soberbia, pereza, gula, envidia, ira, avaricia y lujuria— están presentes en nuestra vida diaria, algunos devaluados y otros con ciertas transformaciones. Savater, considera que cuando relacionamos estos pecados con los tiempos que vivimos, nos encontramos con una «infinidad de caminos», que al decir del pensador español se mezclan con las cuestiones religiosas, históricas, económicas, sociales, artísticas y muchos otros factores que tienen que ver con el mundo actual.

Los clásicos siete pecados conocidos, suponen la existencia de virtudes que pueden derrotarlos. Ellos son: soberbia-humildad, avaricia-generosidad, lujuria-castidad, ira-paciencia, gula-templanza, envidia-caridad y pereza-diligencia. Sin embargo, Savater considera que la soberbia es «la madre de todos los vicios». También Mahatma Gandhi, desde su óptica del hinduismo y tomando como base la perspectiva de la vida actual, suponía que podría ser válido para cualquier religión y por ello esbozaba así los pecados capitales: política sin principios, negocio sin moralidad, bienestar sin trabajo, educación sin carácter, ciencia sin humanidad, goce sin conciencia y culto sin sacrificio.

La Iglesia se actualiza

Ha pasado mucha agua por los ríos desde Santo Tomás de Aquino y de Gregorio I, sobretodo, si tomamos en cuenta las delimitaciones que se esgrimían durante la Edad Media respecto a lo que era o no correcto. Con la idea de actualizarse, en año 2008, la iglesia católica presentó un nuevo listado de pecados capitales que fue publicado por L’Ossevatore Romano, diario oficial del Vaticano, que especificaba que éstos (los siete pecados) estaban «obsoletos por la globalización y las nuevas tendencias». Al tratar de «modernizar» dichos pecados, el Vaticano los denominó los «Siete Pecados Sociales» y ellos son: violaciones bioéticas, experimentos moralmente dudosos, drogadicción, contaminar el Medio Ambiente, contribuir ampliar la brecha entre los ricos y los pobres, a riqueza excesiva y generar pobreza. Cualquier pagano, ateo o pecador penitente puede considerar esto como ridículo y como diría Savater: «Hay actitudes que pueden considerarse como nuevas formas de pecar. Son las que se basan en la desconsideración por parte del otro […] Hay virtudes y vicios que dependen del papel que tengas en la sociedad». [2] El filósofo español, por consiguiente, cree que en estos tiempos de violencia e irracionalidad, muchos de los pecados «son instrumentos que se convierten en fines en sí mismos», porque lo fundamental para el ser humano es «luchar contra el aburrimiento».

Los siete pecados capitales pueden perfectamente aplicarse a la masonería, pero esencialmente ello compete a nosotros los masones, porque la Orden no incurre en ellos, no así quienes pertenecemos a ella por los fallos que pudiésemos cometer. Estos fallos o eso de caer en la «tentación del pecado» obedecen a los errores que incurrimos como humanos y a la vulnerabilidad de nuestros instintos. Sería un craso error etiquetarle a nuestra institución masónica las malas praxis que realizamos como masones o pretender atribuirle a la Orden un supuesto mal funcionamiento, cuando en realidad somos nosotros quienes estamos fallando.

Los pecados tienen su origen en el cristianismo y consistía en identificar todo aquello que no deberíamos hacer, pero las religiones inventaron el infierno, el diablo y Satanás. Como escribe Savater, «el Diablo es un extraordinario gerente de marketing, que ha logrado vender cada vicio como una virtud». Los pecados —escribe Savater— eran una advertencia respecto de cómo administrar la propia conducta. «Se trató de un listado de advertencias sobre los peligros que puede acarrear la desmesura frente a lo deseable. Hoy existe una versión más simplonas de esas advertencias, que son los libros de auto-ayuda, donde encuentras unas fórmulas para no engordar y otras para ser feliz en tres lecciones». [3] O como decía Bossy: «la suerte de estos pecados terminó en la época moderna, cuando la penitencia dejó de ser la forma de resolución de los conflictos sociales para transformarse en algo psicológico a la conciencia de cada individuo».

Dante: La Divina Comedia

Entre 1307 y 1361, Dante Aligheri escribió La divina comedia, obra de un gran contenido poético que relata un viaje imaginario a través del infierno, el purgatorio y el paraíso. En él, el poeta se va encontrando con personajes mitológicos, reales, de su época e históricos, de la esfera política y religiosa. Cada uno de ellos representa un defecto o una virtud.

El Purgatorio de Dante

El Purgatorio de Dante

La Divina Comedia —escriben Adriana Quiroga, Hernán Guerrero y Ulises Márquez en el prólogo y traducción del libro— es un poema donde se mezcla la vida real con la sobrenatural, muestra la lucha entre la nada y la inmortalidad, una lucha donde se superponen tres reinos, tres mundos, logrando una suma de múltiples visuales que nunca se contradicen o se anulan. Explican que los tres mundos infierno, purgatorio y paraíso reflejan tres modos de ser de la humanidad, en ellos se reflejan el vicio, el pasaje del vicio a la virtud y la condición de los hombres perfectos. «Es entonces a través de los viciosos, penitentes y buenos que se revela la vida en todas sus formas, sus miserias y hazañas, pero también se muestra la vida que no es, la muerte, que tiene su propia vida, todo como una mezcla agraciada planteada por Dante, que se vuelve arquitecto de lo universal y de lo sublime».[4]

Los siete pecados capitales pueden ser perfectamente aplicables a la masonería con la diferencia de que la Orden nunca se verá afectada, porque quienes incurrimos en estos desmanes somos los masones y no la institución. Los masones debemos combatir a dos enemigos en común: el fanatismo y la superstición. Convenimos animarnos QQ.·. HH.·. para identificar qué tipo de comportamientos corresponden a cada uno de estos pecados capitales. Os persuadimos, pues, a evitar estos siete pecados capitales de un masón.

Primer pecado: la doble ignorancia

Ignorancia 
Si duda este uno de los pecados más graves para el masón. Es el prototipo del masón que se vuelve obtuso y cree que todo le viene por gracia divina o por favores recibidos. Nunca tiene un mensaje convincente —además de ser excesivamente negativo— y, por el contrario, vive en las nebulosas al considerarse un «masón exquisito y dueño de la verdad y la palabra» porque alguna vez se leyó el Ritual y como no logró asimilarlo, recurre a las trampas del rumor y de la mala voluntad hacia sus Hermanos. Cree que porque sabe cómo caminar en Logia y alguna vez se enteró dónde compraba las sandalias el Maestro Hiram, se le debe rendir pleitesía por sus «conocimientos».

Segundo pecado: el individualismo

Individualismo 
Al igual que la ignorancia y la superstición, el individualismo es otro de los males que aquejan al masón. Un masón individualista, suele ser valorado negativamente por sus Hermanos del Taller, ya que se cree que piensa sólo en sí mismo y no le interesa qué pasa en su entorno o, en otras instancias, en su Logia o en la institución masónica. No le gusta trabajar en grupo y llega a los extremos de ser un abanderado del egocentrismo, porque él «se las sabe todas». Cuando lee algo lo asimila sólo para su consumo interno, filtra los conocimientos que adquirió de Internet y se agarra de la mórbida frase: «bajo, copio y pego, luego existo».

Tercer pecado: la ceguera iniciática

ceguera iniciatica 
Este pecado recae sobre el masón que no ve nada más allá de lo que asimila cuando se indigesta con ciertos libros de auto-ayuda, de un «esoterismo» fanático y ramplón que, al final, echa por la borda los principios y el código moral masónico. Es el típico personaje que se trasmuta con el humo de las varillas de incienso y se cree un santurrón cuando lo observa alguno de sus Hermanos o evidencia la presencia de ellos. La «ceguera iniciática» es esa mezcla de seudo esoterismo —falso conocimiento interior— con cuestiones de brujería y de un «conocimiento» esotérico aprendido de los libros llamados «ocultos» y de los best sellers de auto-ayuda.

Cuarto pecado: el miedo ficticio

miedo iniciatico 
El síndrome del «miedo ficticio» —como decía E. Chartier Alain— hace referencia al «hombre que tiene miedo sin peligro, e inventa el peligro para justificar su miedo». Es el «Juan sin Miedo» del Taller en el léxico masónico que circula por los «pasos perdidos» prediciendo amenazas y frases agoreras, como aquello de que el mundo se va a extinguir, que nos vigilan los Jinetes del Apocalipsis, que nos abruma un mundo sombrío y pare de contar. El miedo ficticio es incompatible con el trabajo en el Taller masónico. Bajo esas condiciones, obviamente, jamás elevaremos templos a la virtud y calabozos para los vicios, porque tiene un doble efecto: uno, vemos cosas que no existen y que dispersan el trabajo en las Logias y, dos, esparcen una carga de negatividad en los Talleres. Como decía alguien por allí, el miedo es un sentimiento, la valentía es un comportamiento, y entre el sentimiento y el compartimiento, estamos nosotros los masones.

Quinto pecado: la superficialidad

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Este pecado alude a quien presume alcanzar objetivos, pero que jamás son justos o equilibrados. Cuando habla en Logia, abusa de su sarcasmo y no escucha la opinión de los demás. Siempre está de brazos cruzados y no hace nada para glorificar su templo interior. Este pecado es parecido a la Pereza. El masón perturbado por este pecado no admite sus errores y se siente satisfecho al no avanzar en los grados masónico. Vive aferrado al pasado o cuando ocupó determinados cargos en el Taller. No se adapta a los cambios. Cuando presenta una Plancha al Taller y ve que nadie se considera «satisfecho» arranca en ira y se jacta de que está rodeado de mentes insulsas. Lamentablemente, este Hermano no conoce los niveles de la Tolerancia.

Sexto pecado: la prepotencia

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La prepotencia es aliada de la arrogancia, la imprudencia y la soberbia. Este pecado, hace que la persona o masón que incurra en ella, y quien además de indeciso, es indisciplinado y pierde el tiempo en banalidades. Hace caso omiso al estudio y la investigación. Se jacta de ser un superdotado. Puede tener cierta instrucción pero no es culto y allí viene el desliz que declina su balanza. Cuando puede emite un comentario irónico, sobre todo cuando un Hermano de su Taller alude cierto tema que él no comparte. Tampoco comparte su conocimiento para sentirse más importante, pero «nadie vale más que otro sino hace más que otro».

Séptimo pecado: la negatividad

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«Yo te dije que eso no iba a funcionar». Así controla sus emociones una persona negativa. Un artista genial como Groucho Marx decía: «es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente». Desde el punto de vista filosófico, una persona negativa es un ser humano que no puede controlar sus sentidos. Una persona negativa es un ser lleno de prejuicios, donde predomina la estupidez antes que su lado racional. La negatividad tiene algo de la Envidia. Que nos libre el  de un Hermano negativo que suela llegar hasta el extremo de la soberbia.

martes, 14 de octubre de 2014

FRANCISCO, PRO-CASTRISTAS Y CONFUSIÓN

 

Articulo enviado a la redacción de la Comisión Mambi, Patria y Libertad por un Hermano Maestro Masón.

El papa Francisco acaba de revocar la "suspensión a divinis" del sacerdote nicaragüense Miguel D'Escoto Brockmann, ex canciller sandinista, una de las figuras más pro-castristas de la teología de la liberación. El sacerdote D'Escoto había sido sancionado en 1984 por su participación en la persecución a los católicos nicaragüenses durante el primer gobierno sandinista.

No consta que el padre D'Escoto se haya retractado de sus graves actitudes pasadas, incluyendo el apoyo ostensivo a la dictadura castrista, favoreciendo la continuación de la esclavitud del pueblo cubano. Según la agencia católica ACI, al día siguiente de la renuncia de Benedicto XVI, el padre D'Escoto declaró a la cadena chavista Telesur  que para que ocurra "una real transformación" en los católicos ya no es suficiente que simplemente "cambie un Papa". Y señaló el requisito indispensable para impulsar la revolución de la Iglesia, por dentro: "Lo primero que un cristiano tiene que ser es antimperialista y anticapitalista".

Francisco ya había sorprendido cuando en septiembre de 2013 recibió en el Vaticano al "profeta" de la teología de la liberación, el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez. Fue un gesto que los observadores indicaron como el comienzo de la "rehabilitación" de la nefasta teología de la liberación, que en décadas pasadas se alió a las izquierdas políticas de América latina y el Caribe para intentar transformar al continente en una gigantesca Cuba.

Francisco también sorprendió cuando declaró que podían existir marxistas "buenos" y que el ex tupamaro José Mujica, actual presidente del Uruguay, una de las figuras latinoamericanas que más continúa apoyando a Cuba comunista, era un hombre "sabio".

Hace pocos días, según información del periódico argentino La Nación, hasta ahora no desmentida, el vicegobernador de Buenos Aires, Gabriel Marotto, llegando de Roma, de una segunda entrevista con el pontífice, dijo que Francisco tejió elogios a las presidentas Dilma y Kirchner, y a los presidentes Evo Morales y Correa, todos ellos mandatarios que continúan contribuyendo a salvar del naufragio a la dictadura castrista; y habría manifestado que ve "con buenos ojos" el acercamiento latinoamericano con Rusia y China (La Nación, Buenos Aires, 22 de julio de 2014).

Lamentablemente, en relación a América latina, esos dichos y gestos de Francisco favorecen directa o indirectamente a las izquierdas continentales y dejan flotando en el aire una sensación de confusión.

En junio de 2014, otro sacerdote nicaragüense, teólogo de la liberación y también ex ministro sandinista, Ernesto Cardenal, llegó a decir lleno de esperanza que "Francisco es un milagro, un Papa que ha renunciado a vivir como Papa" y añadió que lo elogia especialmente porque está poniendo "las cosas al revés".

Armando Valladares, escritor, pintor y poeta. Pasó 22 años en las cárceles políticas de Cuba. Es autor del best-seller "Contra toda esperanza", donde narra el horror de las prisiones castristas. Fue embajador de los Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU bajo las administraciones Reagan y Bush. Recibió la Medalla Presidencial del Ciudadano y el Superior Award del Departamento de Estado. Ha escrito numerosos artículos sobre la colaboración eclesiástica con el comunismo cubano y sobre la "ostpolitik" vaticana hacia Cuba.

martes, 6 de mayo de 2014

MASONERIA EXILIADA Y SU IDENTIDAD

Articulo enviado a la redacción de la Comisión Mambi Patria y Libertad por un Hermano Maestro Masón.

Tras más de cincuenta años de trabajos fraternales, la Masonería cubana exiliada se ha labrado una historia preñada de sacrificios y realizaciones; constituyendo una tradición fraternal que de por sí, les proporciona una identidad propia.

No pienso referirme en detalle al aval histórico acumulado en sus más de cinco décadas de heroica existencia por los masones cubanos exiliados. Es cierto que no todo ha sido de color de rosa durante estos años; para unas personas que se vieron obligados a emigrar de su patria. Ellos dejaron detrás afectos y propiedades, hubieron de rehacer sus vidas a partir de cero; no obstante, estos masones se agruparon, constituyeron logias y edificaron buenos edificios para sus trabajos rituales. A pesar de todo, ellos han logrado mantener su identidad nacional y la pureza sus ritos masónicos.
A pesar de lo que han logrado, no todos los masones exiliados se han percatado de ello; y continúan atados al cordón umbilical de una dirigencia masónica dependiente absolutamente de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC. Obsérvese que digo no todos; es porque hay quienes si conocen y reconocen a la Masonería Cubana Exiliada como una Entidad con personalidad propia; y están volando con sus propias alas. En otro artículo, hablaremos de este despegar de la conciencia masónica exiliada.
¿Qué es lo que ata a ciertos masones exiliados a la Gran Logia de Cuba radicada en La Habana? Dos supuestos aspectos: la Regularidad y el Reconocimiento. En Masonería, ambos conceptos son el origen de fuertes divergencias en cuanto a su significado y alcance. Es significativo, y resulta necesario recalcar una vez más, que el traidor José Manuel Collera Vento constantemente utilizo estos elementos, los cuales constituyeron el eje central en sus esfuerzos por ganarse adeptos que (inocentemente) contribuyeran a facilitar su labor de espionaje y socavación en los Estados Unidos de América.
Partiendo de la sentencia que sostiene el fondo de toda opinión siempre hay algo de cierto; creo conveniente abordar el tema de regularidad y reconocimiento; considerando tanto las calificaciones que del mismo se tiene en la Masonería Regular, como en la Irregular o Liberal. En esta búsqueda vamos a basarnos en conceptos prácticos que se adapten a nuestra realidad, evitando perdernos en teorizaciones generales que a nada nos conducen.
En un artículo publicado por Gustavo Medina Díaz en la Revista Fénix, el autor expresa “El diccionario de la Lengua castellana de la Real Academia Española define la palabra REGULARIDAD como la “exacta observancia de la regla”[i]. Más adelante sigue diciendo que tanto la Gran Logia Unida de Inglaterra, como la Confederación Masónica iberoamericana (CMI); consideran la Regularidad de origen en el hecho de que “Cada Gran Logia deberá haber sido legalmente establecida por una Gran Logia debidamente reconocida o por tres o más Logias regularmente constituidas”. ¿Qué es una logia regular? (…) “es aquella que (…) está debidamente instalada y autorizada legalmente con una Carta Patente otorgada por una Potencia Masónica Regular”[ii].
L G.L. Cuba en el ExteriorSi la recién constituida Gran Logia Unida de Cubanos en el Exterior, aspira a ser reconocida como una Potencia Regular de Origen; precisamente, aquí comienza su primer problema. Esta Potencia Masónica, tiene su origen en la primera de las Grandes Logias fundadas en el exilio: la Gran Logia de Cuba en el Exterior[iii]. Según la página de Facebook de la Logia Fraternidad[iv], dicha Gran Logia “tiene su origen en el primer movimiento Masónico del Exilio Cubano, cuya reunión inicial se produjo el 4 de Noviembre de 1960”. Más adelante, alega “la primera reunión tuvo lugar en el bufete de Pepe Iriarte, en la calle Flagler # 746, junto al cine Tivoli” (…); oportunidad en la cual “Cuarenta y nueve hermanos (…) conformaron la FRATERNIDAD DE MASONES CUBANOS EN EL EXILIO (FEMECE). Y concluye diciendo que en la ocasión se fundaron “las respetables Logias Libertad, Igualdad y Fraternidad”.
La situación es que el FEMECE no es una Gran Logia Regular y que ninguna de las antes dichas logias cuenta con Carta Patente de una Gran Potencia Regular; por ende, la Gran Logia de Cuba en el Exilio (posteriormente en el Exterior) no cuenta con una Regularidad de Origen.
Algo más específico se puede leer en la página web de la B.R.L.S. PIEDRA BLANCA DE LA PERFECCIÓN N° 98[v], bajo los auspicios de la Muy Respetable Gran Logia de los Antiguos Libres y Aceptados Masones de la República del Perú.
Refiriéndose a los requisitos de una Gran Logia Regular, dice “es considerada Regular, cuando se (…) ajusta a las Leyes fundamentales o antiguas costumbres reguladoras cuyos antecedentes provienen de las Ordenanzas de la Gran Log. (…); y concluye afirmando que “Lo contrario a estos conjuntos de Reglas, es irregular, desordenado, arbitrario e ilegal[vi]”.
Otro aspecto a contemplar es el que se refiere a los masones iniciados en las logias cubanas del exilio; el antes indicado sitio web, se afirma al respecto que “un masón regular es quien cumple con las reglas establecidas por una Log. formada bajo la obediencia de una Gran Log. Regular”. Partiendo de la afirmación jurídica-fraternal que indica que la Gran Logia de Cuba en el Exterior, no es una potencia de origen regular; de hecho todos estos masones tampoco lo son. Es decir, en primer término tendría que solicitar su regularización, y posteriormente, iniciarse como aprendices Masones.
EL DERECHO HUMANOPor su parte, la Masonería conocida como Liberal, tiene un concepto más simple y abierto sobre lo que es la Regularidad de origen y el reconocimiento de las logias masónicas. Por ejemplo, la Orden Masónica Mixta Internacional "Le Droit Humain"[vii], de la Masonería Liberal; considera que el trabajo masónico “se inicia en los países mediante Logias Pioneras. Las Logias se agrupan en Jurisdicciones y las Jurisdicciones en Federaciones”[viii]. Es decir, no toma en cuenta el requisito de la Carta Patente que establece la Masonería regular para la fundación de logias. Por otra parte, autoriza a sus logias para que trabajen “en su propio idioma. La Orden tiene tres idiomas oficiales: inglés, francés, español”. Por último, aclara que “El Derecho Humano se trabaja el Rito Escocés Antiguo y Aceptado con sus 33 grados. Con ellos, se indica el nivel masónico alcanzado”.
En este caso, la masonería liberal reconoce la iniciación alcanzada por los masones, independientemente de la obediencia en que la misma haya ocurrido; reconociendo el nivel de los grados alcanzados.
En cuanto al reconocimiento, la Masonería Regular establece claramente que en cada país, únicamente se reconocerá a una Gran Logia; excepto que la existente decida compartir, o ceder parte de su territorio. Partiendo de este aserto, ¿Qué posibilidad hay de que la Gran Logia de la Florida ceda o comparta su jurisdicción con alguna de las Grandes Logias de exiliados cubanos? Absolutamente ninguna. ¿Por qué? Por la misma razón aludida por la Gran Logia de Cuba ante el reconocimiento a varias logias cubanas que se había separado de la Gran Logia de Cuba que hizo la Gran Logia Constitucional del Perú (a la cual califica de “irregular”).
En la circular emitida con fecha 19 de Noviembre del año 2010; el Gran Maestro José Ramón González Díaz, califica a la Gran Logia de Cuba como “única potencia regular universalmente reconocida para el territorio de la República de Cuba”. Más adelante en dicho mensaje se reafirma este concepto, al afirmar “(…) DENUNCIAMOS la injerencia territorial de la Gran Logia Constitucional de A. L. y A. M. de la República del Perú (Irregular), al dar cabida bajo su jurisdicción a dos logias que trabajan en el  territorio de la República de Cuba, el cual está oficialmente reconocido como territorio EXCLUSIVO de la Gran Logia de Cuba de A. L. y A.M”.
GRAN LOGIA 3A continuación, el Gran Maestro cita el punto tercero de los FUNDAMENTOS PARA UN DERECHO MASÓNICO INTERPOTENCIAL, el cual especifica que “Toda Potencia ejerce jurisdicción exclusiva en su territorio políticamente considerado. Cualquier organismo masónico derivado de una Potencia foránea deberá depender en adelante, necesaria y exclusivamente, de la Potencia Regular con jurisdicción en el expresado territorio” (…) dejando claramente establecido que “se admite la excepción de funcionamiento y de trabajo de Logias dependientes de Potencias foráneas, cuya fecha de existencia sea anterior a la fundación o regularidad de la Potencia Nacional o que actualmente mantenga tratados, pactos o convenios al respecto.”
Queremos concluir señalando que la única fórmula disponible para que la Masonería cubana exiliada alcance el tan anhelado reconocimiento de su regularidad, es:
  1. encontrarse a sí misma;
  2. reconocer su propia identidad;
  3. identificar sus propios intereses y adoptar sus propias decisiones.
Todo ello es factible hallar en el mandato masónico “buscad y hallareis”; esta opción se encuentra absolutamente a su alcance. Así ya lo ha hecho una de las obediencias Masónicas cubanas radicadas en el sur de la Florida.

AGENTES INFILTRADOS; SUS TECNICAS Y ARTIMAÑAS

FOTO DSECon fecha de 23 de marzo de 2014, la Gran Logia de la Florida emitió una circular a todas las logias, en la cual anunciaba la ruptura de las relaciones fraternales entre esa Gran Logia Masónica Norteamericana, y la de Cuba.
Anteriormente habíamos expresado “Indudablemente, estos acontecimientos no son producto de la casualidad, por el contario; los mismos responden a un plan de socavación fraternal instigado por la Sra. Caridad Diego Bello, Jefa de la Oficina de A Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC; e implementado por la Contrainteligencia cubana por medio de su agente Gerardo, es decir, el despreciable ex Gran Maestro, José Manuel Collera Vento”[i].
Efectivamente, el ex Gran Maestro traidor fue el brazo ejecutor de una bien planificada operación de inteligencia, destinada a aislar a los masones cubanos de la “perniciosa” influencia de las doctrinas democráticas procedente de la Masonería norteamericana.
DESLEALTAD POR LA ESPALDAComo antecedentes de este funesto personaje, podemos recordar que el Departamento de la Seguridad del Estado (DSE) desde 1975 había utilizado los servicios de José M. Collera Vento en pequeñas delaciones[ii]. En sus primeros “trabajos” el confidente era conocido por el seudónimo de “Duarte”. En aquellos tiempos “Duarte” se dedicaba a informar sobre las opiniones que vertían sus colegas médicos pinareños; y, obviamente, sobre los “regalitos” y alguna que otra actividad “delictiva” que se cometiera en las clínicas y hospitales de la ciudad[iii]. A partir de los primeros años de la década de los 90, el agente “Duarte” comenzó a relacionarse con Gustavo y Sebastián Arcos Bergnes, dirigentes del Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCPDH)[iv]. Años después, conocí que durante el tiempo que en permaneció infiltrado en el CCPDH, este despreciable sujeto utilizaba el alias de “Cuellar”; autodenominándose “representante” del Comité en Pinar del Rio. Su labor de infiltración en el seno del Comité, rindió muy pocos frutos a la Contrainteligencia castrista, porque todas las actividades de dicha organización eran de conocimiento público.
“Duarte” continuó con sus delaciones cotidianas hasta que en marzo del año 2000, resultó electo Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba. Este acontecimiento le posibilito a Collera Vento mudarse de forma “no oficial” a la Habana, hecho que trajo consigo lograr que la Sra. Caridad diego Bello, le abriera las puertas de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC[v]; y que el DSE le asignara nuevas tareas. La Oficina de Asuntos religiosos, es el sitio desde el cual se planifica y dirige la actividad que ejecutaría, el ahora agente “Gerardo” dentro de la Fraternidad Masónica cubana. Las acciones de Collera Vento se dirigieron en dos sentidos fundamentales:
  1. La masonería radicada en la Isla, y
  2. La Masonería en el exterior. En este punto, es necesario señalar que existían dos frentes a cubrir:
  3. La Masonería cubana exiliada, y
  4. La Masonería norteamericana.
Es necesario repetir que en estos trabajos nos estamos centrando sobre las causas reales que produjeron la ruptura de relaciones entre la Gran Logia de la Florida y la de Cuba; razón por la cual en estos momentos no nos vamos a referir a los restantes aspectos.
COLLERAPero, ¿quién es José M. Collera Vento? “José Manuel Collera Vento es médico pediatra de profesión, graduado en 1970. Pinareño de nacimiento. Hijo de campesinos. Cumplió misión internacionalista en Angola entre 1983 a 1985. Fue directivo de la Gran Logia de Cuba, institución en la cual ocupó distintas responsabilidades a partir de 1975, y llegó a presidirla en el 2000. En el mismo año 75 inició la colaboración con la Seguridad del Estado”[vi].
Además, puede señalarse que posee un alto nivel de inteligencia, una memoria privilegiada, es buen orador, sigue las pautas del trato afectivo-populista; es inescrupuloso, conoce el arte de mentir, deja mucho que desear moralmente; traicionó a la madre de sus hijos, participa en todo tipo de negocios clandestinos (lo mismo puede operar como banco de “bolitas”, que traficando con jamones, quesos, o peróxido. Este malévolo personaje, se define a sí mismo como “un humilde…”. Puede afirmarse que detrás de su aparente personalidad, se esconde un profundo resentimiento con la vida por su aspecto y su tamaño físico; así como por su voz feminoide y los gallos que continuamente emergen de la misma. Nada, el hombre ideal para integrar las huestes de delatores castristas.
Sin pretender ofrecer una disertación sobre los métodos que utiliza la Contrainteligencia cubana en su trabajo sucio dentro de las distintas agrupaciones aparentemente No Gubernamentales radicadas en la Isla; así como en los disímiles grupos opositores cubanos de ambas orillas del Estrecho de la Florida; es conveniente señalar algunos “indicios” comunes que han dejado los agentes castristas como rastro de su despreciable actividad.
Antes dijimos que a su paso, estos agentes van dejan lo que he denominado “el rastro de la traición”. ¿En qué cosiste este rastro? En simples indicios, que pacientemente deben identificarse y reunirse como las piezas de un rompecabezas. Por ejemplo, podemos observar a aquellos miembros de una agrupación, que se dedican a desacreditar a otros miembros o no de su agrupación; además, resulta de vital interés, estar a la mira de quienes se empeñan en retrasar los proyectos y acciones planificadas por el grupo. ¿Cómo lo hacen? Acudiendo a cuantos subterfugios tienen a la mano, uno de los más utilizados es el perfeccionismo o afán “para que las cosas salgan bien”; por lo general, estos personajes logran enmendar los proyectos iniciales, convirtiéndolos en inefectivas hojarascas que no conducen a nada; logrando con el tiempo, destruir la credibilidad, reputación e integridad de las organizaciones las cuales están infiltradas. Simplemente, miremos a nuestro alrededor y veremos múltiples ejemplos del resultado obtenido por estos elementos.
Otro indicio a tener en cuenta es la preocupación, el activismo y el interés superlativo que demuestran estos personajes en todo lo referente a la Organización. Es muy frecuente que adviertan sobre los “peligros” de una eventual “división” del grupo; generalmente, acusando a de ello los miembros que puedan resultar más “peligrosos” para el castrismo.
Un recurso muy manido por esos elementos, es la adulación. Ellos eligen a sus víctimas entre activistas más destacados, realmente involucrados en llevar adelante los objetivos de la Organización. Observen a quienes dicen “eres un líder”; “tu si puedes llevar adelante la tarea”, etc., etc. ¿A quién lo le gusta que otros reconozcan sus méritos? Estos agentes, se ganan la confianza de personas influyentes en la organización, incluso en la comunidad. Por lo general, sus víctimas no son capaces de imaginar hasta qué punto los agentes pueden llegar a manipular sus sentimientos de compañerismo, amistad o de fraternidad. Llega el momento en que víctimas y victimarios se confunden en un único elemento; tanto es así, que si en algún momento llega a pasar por la mente de la víctima alguna sombra de sospecha sobre la actuación del agente; inconscientemente acude a cuanta justificación se encuentre a su alcance para engañarse a sí mismo y culpar a otros de la actitud del agente.