martes, 15 de octubre de 2013

RECONCILIACIÓN Y CAMBIO: NO LO ES TODO

Articulo enviado a la redacción de la Comisión Mambi, Patria y Libertad, por un Hermano Maestro Masón.


Hablar solamente de reconciliación y cambio, como si estos fueran las dos caras de una moneda necesarias para lograr una Cuba abierta a la democracia es ignorar gran parte del proceso a seguir como sociedad y como individuo. Un proceso que empieza por admitir y reconocer que existieron hechos fuera de nuestro alcance y voluntad que nos llevaron a la situación de hoy.

Hechos –Ajenos a nuestra voluntad

Cuba nació como republica el 20 de Mayo de 1902, escasamente 56 años, 7 meses,11 dias antes de la revolución castrista. Era una república tan joven, que no calificaría, hoy en día, para recibir ayuda social.

Cuando la joven república aún aprendía a dar los primeros pasos de democracia, empezó a sufrir las consecuencias de un desastre económico global y una Guerra mundial. A los 38 años eligió a Fulgencio Batista como presidente a través de elecciones, estableció una Constitución mientras cooperaba con los aliados y declaraba la guerra al Imperio Japonés, la Alemania nazi y la Italia fascista.

Esta primera etapa fue seguida de una serie de gobiernos disfuncionales y golpes de estado que dieron lugar a que surgiera un demagogo manipulador de jóvenes idealistas que lo siguieron en un ataque contra el gobierno y mientras ellos murieron, su "líder" Fidel Castro era detenido, procesado, condenado, para más tarde disfrutar de una amnistía del mismo gobierno que trato de eliminar. Fidel se aprovechó de los deseos de una Cuba joven y deseosa de estabilidad democrática y la sedujo como doncella en espera del príncipe azul prometiéndole que la primera Ley Revolucionaria seria restablecer plenamente la Constitución de 1940 y elecciones libres.

Lejos de restablecer la Constitución Fidel la desconoció hasta el año 1976 cambiándola por otra hecha a su medida y violando todos los procedimiento establecidos vigentes, infiriéndole la herida mortal a la joven república con su pronunciamiento !Elecciones para qué!

Nada de esto se puede cambiar y hay que aceptar el pasado, sus errores y equivocaciones.

Aceptación -La aceptación de los errores cometidos, es aprender de ellos. 
Aceptación no significa la aprobación de un hecho, sino el estar abiertos a sentir dentro de nosotros aquello que ocurrió en nuestra vida y que no podemos cambiar. Podemos no estar de acuerdo de cómo y, el por qué llego una revolución a Cuba y hasta quisiéramos que todo hubiera sido distinto pero, al aceptar los hechos, no permitimos que nuestras preferencias interfiera en la experiencia. Cuando observamos la experiencia a través del intelecto, no del sentimiento, se aceptan los hechos por lo que fueron.

Aceptar no debe confundirse con conformarse. Conformarse es abandonar la lucha porque estimamos que no podemos ganar la batalla. Aceptar es convivir con una situación desagradable, algo que no nos gusta, pero tomar acción para explorar otras áreas y buscar nuevas posibilidades.

Arrepentimiento - examen de conciencia es contrición.

El arrepentimiento es la contrición, retractación de acciones pasadas que hechos presentes demuestran fueron erróneas e infligieron dolor a otra persona.

Los hechos, en la Cuba de ayer, que no se pueden cambiar, dieron por resultado una generación de hermanos repudiando a hermanos bajo un régimen que no permite la neutralidad: o “conmigo o contra mí” y cuya meta siempre ha sido la división del pueblo cubano. Un régimen que despojó a los cubanos de sus derechos humanos, sus posesiones y hasta su ciudadanía e identidad desterrando a más de dos millones - cerca del 20% de la población - a tierras extranjeras.

Arrepentimiento conlleva a una evaluación de las acciones llevadas a cabo y el reconocimiento de haber hecho algo mal, el cómo y el por qué. Aquel que logra un cambio verdadero de mente y actitud respecto al pasado, no solo se siente mal sino que pide perdón por las ofensas cometidas, por lo que se hace difícil aceptar lecciones de personas que admiten que por más de 15 años apoye la revolución cubana y no me arrepiento, ni tampoco pido disculpas por ello.

Es incongruente escuchar a profesores de sociología, reverendos y jerarquía católica hablar de perdón sin hablar de arrepentimiento cuando en la doctrina Cristiana si no hay arrepentimiento tampoco hay perdón.
  
Perdón - no es justificar al otro

Perdonar no significa justificar algo mal hecho sino liberarse de los sentimientos o emociones negativas. Perdonar conlleva el estar consciente del daño que causaron los hechos y sustituir los sentimientos negativos por emociones positivas.

El perdón se logra cuando se piden disculpas con sinceridad y tanto el que pide perdón como el que lo otorga están conscientes del porqué de los daños infligidos y recibidos. El perdón sana el cuerpo y redime el alma.

Dialogo - sin aceptar los hechos, arrepentimiento y perdón no se puede iniciar un diálogo.

Para dialogar se necesita tolerancia y respeto hacia las ideas del otro. No es posible mantener un dialogo con el adversario si este no está dispuesto a dialogar, respetar el derecho y admitir las opiniones de los miembros de la sociedad. El Castrismo jamás abandonara la práctica de ejercer el control absoluto sobre toda la sociedad cubana; por la sencilla razón de que en ello le va su permanencia en el Poder. Los Castros nunca negociaran nada que implique su salida del Poder en la Isla, a menos que se vean obligados a ello.

Para lograr un cambio pacífico la nomenclatura cubana que dirige la burocracia estatal tiene que querer extender la mano. Los miembros del más alto nivel gubernamental no tienen ningún deseo de cambiar el “status quo”, pero los Comités de Defensa Revolucionarios podrán tener hoy poder sobre los pasos que da el vecino, pero la casa de ellos se deteriora igual que todas las demás; los líderes de los CDR no pueden salir y entrar en Cuba cuando quiere ni expresar opiniones libremente al igual que el vecino. Lo mismo pasa con los miembros de la Asamblea nacional, la milicia, la policía y militares. Estos deben preguntarse, ¿donde están mejor? continuando dentro de la actual economía que favorece a unos pocos mientras ellos continúan "resolviendo" con las migajas que le concede el régimen? o, dentro de una democracia y mercado libre donde puedan ser independientes, disfrutar de mejoras económicas y sueldos adecuados y de esa forma ver realizadas sus ambiciones y la de sus hijos.

El dialogo tampoco puede existir en una sociedad donde las personas de la misma no pueden comunicarse entre si. En Cuba no existen medios de comunicación para que los ciudadanos sepan en Oriente lo que otros está haciendo en el Occidente. Pero las Iglesias si pueden comunicarse entre ellas y las homilías siempre han servido para llevar mensajes de aliento a los feligreses y dejar saber los que pasa en distintas casas de oración. No es un llamamiento al desacato, pero no debemos olvidar que sin el apoyo de la Iglesia hubiera sido muy difícil el lograrse Solidaridad y la esperanza Polaca. No hacemos nada con predicar la esperanza si no se proporcionan y facilitan las vías para obtener la esperanza.

Reconciliación - amor con enmienda

Si no hay aceptación de hechos, arrepentimiento, perdón y dialogo no puede llegarse a la reconciliación. En algunos ámbitos cubanos se habla de reconciliación como la concordia de los cubanos dentro de la Isla y los cubanos en el exilio como si estos fueran oponentes en un ring de lucha libre.

Otros nos hablan de reconciliación dentro del marco de la doctrina Cristiana de perdonar los pecados cometidos que nos llevan al amor y la paz olvidando que en la reconciliación cristiana es necesaria la confesión, el examen de conciencia y la enmienda.

Si bien hubo un Jesucristo que perdonó a los que lo crucificaron "porque no saben lo que hacen", este mismo Jesucristo expulsó a los mercaderes del templo y, hacienda un azote de cordeles los echa a todos, ovejas y bueyes, y a los cambistas les esparce las monedas y les vuelca las mesas; diciéndoles que quitaran todo y no convirtieran la casa de su Padre en una casa de ladrones. Para los cubanos, la casa de los padres es Cuba - espacio sagrado - a la espera de la expulsión de los mercaderes de la cueva de Alibabá del régimen castrista.

Justicia - Rendición de cuentas
El Centro Internacional para la Justica Transicional (ICTJ) nos dice que la justicia transicional no es un tipo especial de justicia sino una forma de abordarla en épocas de transición desde una situación de conflicto o de represión por parte del Estado. Al tratar de conseguir la rendición de cuentas y la reparación de las víctimas, la justicia transicional proporciona a las víctimas el reconocimiento de sus derechos, fomentando la confianza ciudadana y fortaleciendo el Estado de derecho... las víctimas tienen el derecho, oficialmente reconocido, a ver castigados a los autores de los mismos, a conocer la verdad y a recibir reparaciones.

Las acciones del régimen cubano no han afectado solamente al individuo sino a toda la sociedad cubana, dividiendo la familia y esparciendo a sus ciudadanos por el resto del mundo. Justicia no es revanchismo pero si los crímenes y abusos no son enfrentados dentro de un marco jurídico, se puede caer dentro del círculo vicioso de actos de violencia. Si bien es verdad que el exigir rendición de cuentas es renunciable llegado su momento, no es posible hacer la renuncia anticipada o previa a la justicia

Olvido

Se puede olvidar? Olvidar es una acción involuntaria que consiste en dejar de recordar y es más fácil no recordar cuando se toma la decisión consciente de no hacerlo. La memoria es tanto útil para lo bueno como para lo malo, según se use. Nadie está condenado a ser esclavo de su pasado y podemos hacernos dueños de nuestros recuerdos. Si el olvido puede ser la liberación también es preciso saber que nadie olvidando se redime a sí mismo; recordar y olvidar es un proceso simultaneo y complementario.

Porque mis penas arrojo

Sobre tu seno, y lo azotan,

Y tu corriente alborotan

Y acá lívido, allá rojo,

Blanco allá como la muerte,

Ora arremetes y ruges,

Ora con el peso crujes

De un dolor más que tú fuerte,

¿Habré, como me aconseja

Un corazón mal nacido,

De dejar en el olvido

A aquel que nunca me deja?

¡Verso, nos hablan de un Dios

Adonde van los difuntos:

Verso, o nos condenan juntos,

O nos salvamos los dos!

José Martí

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