sábado, 5 de octubre de 2013

EN POS DEL TRAYECTO HACIA LA TRANSICION EN CUBA


Uno de los salones del Miami Dade CoIlege sirvió de sede para la celebración de la Segunda Conferencia sobre la Reconciliación Nacional y el Cambio en Cuba; evento patrocinado por el Grupo de Estudios Cubanos (CEG). Esta esta oportunidad, el tema elegido fue la experiencia alemana. Las palabras introductoria y de bienvenida estuvieron a cargo del reverendo Leo Frade, y de Carlos Saladrigas.

El panel invitado estuvo compuesto por Marifel Pérez-Stable, Dagoberto Valdés, Dieter Dettke y Gunter Nooke. Los primeros trataron el tema de la reconciliación nacional en Cuba, expresando sus respectivos criterios y posiciones al respecto. Los dos últimos, abordaron distintos aspectos de la transición alemana, así como algunas semejanzas económico-socio-políticas que pueden relacionar ambos casos.

Durante su intervención, los panelistas se refirieron al hecho de que la economía resulto un factor determinante en el desarrollo de los acontecimientos que determinaron los cambios ocurridos en la RDA en 1989; así como a la incidencia de este factor en los cambios que actualmente se están produciendo en Cuba. Dicha afirmación puede considerarse parcialmente cierta.

A mediados de 1989 los ciudadanos de la RDA constataban las diferencias económicas existentes en relación al standard de vida que disfrutaban sus coterráneos occidentales (el PIB p/cáp. de la RDA representaba el 31% del PIB p/ cáp. de la RFA); no obstante, dicha crisis resulta incomparable con la magnitud de las penurias económica en que ha vivido sumida la nación cubana por más de cincuenta años. Entonces, ¿Por qué no ocurren cambios en Cuba?

Esta cuestión puede responderse si valoramos las similitudes y diferencia existentes entre ambos regímenes “socialistas”.

Veamos:
 
Algunas similitudes entre el sistema socialista en la RDA y Cuba:
 
La verticalidad del “mando”. El partido ejerce un control absoluto sobre la sociedad.
 
No existe la libertad de asociación. El pluralismo político es abolido o controlado, reprimiéndose toda oposición.
 
Se establece una “sociedad civil socialista”; devastando la mayor parte de la pre-existente; infiltrando de agentes y controlando los remanentes de la antigua sociedad civil pre-socialista.
 
Logran dividir a los ciudadanos, sacando los peores sentimientos del ser humano: la envidia, el resentimiento, el odio, etc.
 
El aparato represivo es extendido a todos los sectores de la sociedad; creándose extensas redes de delatores.
Originan el síndrome de la “indefensión”, producto del cual logran paralizar toda acción social tendiente a oponerse o a discrepar de los “mandatos” oficiales.
 
No existe el derecho de información; los medios de comunicación son absorbidos por el Estado.
 
Se reduce la actividad económica individual y la propiedad privada, con el fin de crear la dependencia de los ciudadanos de los que el Estado “les dé”.

Algunas diferencias entre ambos contextos:
El surgimiento de la RDA no es un proceso autóctono, sino que tiene su origen en la ocupación soviética. El gobierno Castrista se constituye mediante el triunfo de una insurrección interna, mayoritariamente apoyada por el pueblo cubano.
 
Los alemanes de ambas partes del Muro, se identificaban como alemanes, es decir, el factor nacional les unía. El gobierno castrista ha logrado que una parte considerable de los cubanos identifiquen a la patria, con la Revolución y el socialismo. Por su parte, la Revolución, la patria y el Socialismo se equiparan con Fidel Castro.
 
La longevidad en el Poder de los “dirigentes históricos” cubanos, ha permitido que estas personas se vean como parte inseparable del proceso histórico-socio-económico-político cubano.
 
En la RDA existían 4 Partidos políticos. Aunque estas organizaciones estaban “aliadas” al Partidos Socialista Unificado alemán, al menos representaban un atisbo de un pluripartidismo controlado, pero pluripartidismo al fin. En la Cuba Castrista, jamás ha existido otra organización política que no sea el Partido Comunista de Cuba (PCC).
 
En el momento del cambio, el gobierno en la RDA era ejercido por un Primer Ministro; por más de cinco décadas, en Cuba el Secretario General del PCC, es a su vez el Presidente del Consejo de Estado y de Ministro.
 
Aunque es reconocida la eficiencia de la temida Policía Política de la RDA (Stasi); es necesario valorar la efectividad de la DSE cubana; la cual no solo se limita a reprimir a la oposición, también ha demostrado su habilidad para infiltrar y dividir a estos grupos, en Cuba y en el Exterior. Se presume que en buena medida, a esta actividad se debe la fragmentación y mutuo enfrentamiento que se aprecian entre los distintos grupos de disidentes radicados en ambas orillas del estrecho de la Florida.
 
Los ciudadanos de la RDA son quienes reaccionan ante el inmovilismo y la ineficiencia económica del régimen “socialista”; los ciudadanos alemanes, no solo emprenden una “fuga en masa”, sino que se manifiestan en las calles de forma pacífica; y son ellos quienes comienzan a demoler el Muro. En el caso cubano, es la elite castrista quien decide realizar ciertas “reformas”, no para aliviar las penurias de los cubanos; sino para preservar sus propios intereses políticos y económicos. La población permanece en espera de los que pueda suceder.

En general, no creo que el caso alemán pueda ser tomado como base para estudiar una posible transición en Cuba; por la sencilla razón que el “movimiento” que está ocurriendo en la Isla está determinado por los propios intereses de la elite gobernante; y no producto de una presión socio- popular que les obligue a ello.

Nos queda por abordar dos temas tratados en este encuentro: La Reconciliación Nacional y el fortalecimiento de una clase media.

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