Articulo enviado a la redaccion de la Comisión Mambi Patria y Libertad, por un Hermano Maestro Masón.
A la obra gigantesca de la paz mundial, tú puedes aportar tu sonrisa, la paz de tu propio corazón, porque quien está en paz consigo mismo, la irradia a su alrededor, a la familia, al círculo de amigos, al entorno de su trabajo cotidiano. Además trata de evitar toda intolerancia y discriminación.
Ahí tienes un programa, simple y fácil, para ser un constructor eficaz de la paz.
El hombre de paz sabe mirar a todos con respeto y benevolencia. no condena a ninguna persona, a ningún grupo, a ninguna institución, a ningún pueblo. perdona las injurias presentes y pasadas, se libra de las garras del odio, guarda la libertad de su corazón para amar; para convivir; para comenzar una vida nueva cada día.
Desea sinceramente la paz con todos, la colaboración, la convivencia, el gozo de la fraternidad y del servicio; trata de simplificar los problemas en vez de agrandarlos; no acumula las sombras, en todo busca resquicios de luz y caminos de esperanza.
En los momentos críticos aprende a conservar la calma, de modo que tus decisiones sean justas y sabias.
En lugar de exasperarte y dejarte dominar por la ira, cállate porque el silencio aquieta. Respira profundamente y ora.
El señor te bendecirá con su paz.
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